Con hondo pesar en un posteo desde el facebook oficial del Hospital, se manifiesta el dolor por la pérdida de este profesional, donde reivindican su labor a lo largo de su carrera profesional, especialmente al frente del área de Cirugía del Hospital Funes. Innumerables muestras de afecto se manifestaron en los comentarios por parte de colegas, pacientes y personas que lo conocieron.
Transcribimos el texto completo del posteo
Dr. Walter Toledo
Jefe de Cirugía del Hospital Domingo Funes, vivió y dio su vida por su Hospital. Era su segunda casa.
Uno de los pocos médicos que aún quedaban con la “camiseta del Funes” grabada a fuego en la piel. Siempre intentó resolver los problemas de los pacientes, no por quedar bien con las autoridades, tampoco por prestigio o porque fuese su deber, lo hizo porque su vocación era aliviar el sufrimiento.
Amaba la medicina, amaba la cirugía y su compromiso para con los pacientes, sus pacientes, era total. Honesto y vehemente, era un médico muy bien formado, un docente intuitivo y dedicado, y en su arte un gran cirujano. Pero sobre todo, era una persona íntegra, sin dobleces y de gran corazón.
El Funes ha perdido otro de sus hijos dilectos y cada vez quedan menos. Nuestro Servicio ha despedido A sus dos últimos Jefes muy temprano y la angustia que nos inunda no es más que un reflejo de la que ellos sufrieron al padecer, de pie pero impotentes, el franco e inexorable deterioro de nuestro amado Funes.
Sin dudas, dejó gran parte de su salud personal entre sus paredes. Afligido como aquel capitán que achica hasta con sus propias manos, el agua que inunda inapelable e impiadosamente su barco, aun consciente de la inevitabilidad del naufragio, Walter Toledo y Enrique Ballarino en su momento, dejaron su sangre y sus coronarias en esta batalla. Cruzada contra la decadencia que, como dijo San Martín, es “imposible pero imprescindible”.
Si es que existen próceres en una pequeña patria como puede ser nuestro Funes, Walter fue, sin dudas, uno de ellos.
Se fue en cuerpo pero no en espíritu, su voluntad de hacer lo correcto, sus ansias de elevar la práctica de la medicina por sobre los mezquinos intereses políticos y su oposición a la conversión de los profesionales médicos en vanos operarios de una fábrica, continúa presente entre nosotros.
Buen viaje colega, hasta pronto compañero, se te extraña amigo.