En el día del maestro, el recuerdo de Carlos Fuentealba.

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El docente tenía 40 años cuando salió a la ruta 22 el 4 de abril de 2007 en el marco de la protesta docente por mejoras salariales que se reclamaban al gobierno provincial de Jorge Sobisch.

Fuentealba estaba en el asiento trasero de un Fiat 147 cuando el policía José Darío Poblete tiró una granada de gas que traspasó el vidrio del auto impactando en el docente y causándole hundimiento de cráneo. Fue llevado de urgencia a un hospital, lo operaron dos veces y murió al día siguiente.

El hecho conmocionó al país y acabó con el sueño presidencial de Sobisch, que compitió en octubre de ese año con el escritor Jorge Asís como compañero de fórmula y apenas sacó el uno por ciento de los votos. El policía Poblete recibió una condena a prisión perpetua y Sobisch ha evitado la acción de la Justicia, pese a ser sindicado como el responsable político del crimen.

Así reflexionaba su esposa Sandra Rodríguez y madre de sus dos hijas, sobre que estaría haciendo Carlos en el contexto actual de pandemia.

«Hoy Carlos estaría preparando gel y lo tendría que atar con una cadena para que no saliera mucho de la casa, saldría igual a armar bolsas de comida para llevar a los barrios y las tareas las llevaría escritas a la escuela para que sus alumnos las busquen porque Carlos te ayudaba siempre en tu situación, pero también el esfuerzo lo debías hacer vos», una descripción perfecta de lo que sentía Carlos por su profesión y compromiso social.