Fue en 2010, cuando con apenas 16 años realizó un lanzamiento con su jabalina, tan contundente, que marcó un registro que aún no fue superado.
El Comité Olímpico Argentino recordó aquel hito deportivo que marcó el despegue internacional del atleta Braian Toledo logrando marcas y clasificaciones a finales mundiales y juegos olímpicos.
Hace 10 años se celebró la primera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Un estadio flotante en la Marina Bay de Singapur fue el escenario de la Ceremonia de Apertura, que recibió a 3600 jóvenes atletas de 204 países.
La delegación argentina estuvo conformada por 59 atletas y Braian Toledo fue su representante más destacado. Aquel 14 de agosto de 2010, el lanzador de jabalina fue el abanderado del conjunto nacional en el desfile inaugural.
Ocho días después, en el Bishan Stadium de Singapur, Toledo se convirtió en el primer atleta argentino en ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Con un lanzamiento de 81.78 metros, el oriundo de Marcos Paz se consagró campeón olímpico con un amplio margen sobre el segundo, el estadounidense Devin Bogert (76.88 metros), y el tercero, el letón Intars Isejevs (74.23 metros).
Ese registro de 81.78 metros sigue siendo el record de lanzamiento de jabalina en los Juegos Olímpicos de la Juventud ya que en las siguientes ediciones ni el francés Lukas Moutarde, en Nanjing 2014 (74.48 metros), ni el finlandés Topias Laine, en Buenos Aires 2018 (78.85 metros), pudieron superar su marca.
En Singapur 2010 la Argentina participó en 18 de los 26 deportes del programa olímpico (atletismo, básquet 3×3, boxeo, canotaje, ciclismo, equitación, esgrima, gimnasia, hockey sobre césped, judo, natación, remo, taekwondo, tenis, tenis de mesa, triatlón, vela y voleibol) y cosechó seis medallas: Toledo ganó la única presea dorada de la delegación, las Leoncitas y la selección masculina de voleibol obtuvieron la medalla de plata, mientras que Lucas Guzmán (taekwondo), Fabián Maidana (boxeo) y Lautaro Díaz (triatlón), ganaron una medalla de bronce cada uno.
Toledo ya se perfilaba como una de las grandes promesas del deporte argentino y dos años más tarde hizo su debut en los Juegos Olímpicos Londres 2012. Con 18 años se ubicó en el 30° puesto, con un registro de 76.87 metros. Cuatro años después, en Río 2016, logró meterse en la final olímpica y finalizó décimo con 79.81 metros.
El futuro de Toledo, que se había ido a entrenar a Finlandia para seguir perfeccionando su técnica, era alentador. Desgraciadamente, un accidente fatal en moto en su ciudad natal terminó con su vida, en febrero de este año.
Más allá de sus resultados deportivos, Braian Toledo fue un ejemplo dentro y fuera de la pista. Su legado perdurará en el tiempo por sus valores, su disciplina y su espíritu de lucha y su historia de vida servirá para inspirar a las futuras generaciones de atletas argentinos que quieran cumplir con sus sueños.
Fuente: COA | NMP