SANTIAGO DEL ESTERO | Murió el represor, genocida y ex jefe de inteligencia durante la dictadura militar, Antonio Musa Azar Curi

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Curi permanecía internado en un centro de salud «privado», a raíz de un ACV que sufrió el pasado 12 de septiembre. El genocida cumplía, desde 2017, las condenas a prisión perpetua como responsable de cientos de desapariciones, torturas y abusos sexuales.

El genocida excomisario y represor Antonio Musa Azar Curi murió a los 85 años en Santiago del Estero, tras permanecer internado en un centro de salud privado a raíz de un ACV que sufrió el pasado 12 de septiembre, según confirmaron fuentes allegadas.

El exjefe de Inteligencia durante la dictadura cívico militar cumplía desde 2017, en su domicilio de la ciudad Capital, las condenas a prisión perpetua como responsable de cientos de desapariciones, torturas, abusos sexuales y por formar parte de una asociación Ilícita que tuvo como finalidad el exterminio de miles de santiagueños.

El director del Instituto Espacio para la Memoria (IEM), Luis Garay, dijo en declaraciones a Télam que «es el fin de un ciclo» y agregó que esta muerte «remueve muchas cuestiones que tienen que ver con cuestiones personales y colectivas».

«Se murió alguien que representó la muerte y el temor en Santiago del Estero»

LUIS GARAY, DIR INSTITUTO ESPACIO PARA LA MEMORIA


«Se murió alguien que representó la muerte y el temor en Santiago del Estero», manifestó y afirmó que «se murió alguien que quitó no sólo el derecho a la vida sino también el derecho a la muerte».

En ese sentido, sostuvo que si bien «no murió impune, tenemos una sensación de impotencia, porque se llevó a la tumba muchos secretos».

«Deja pendiente ese proceso de construcción de la verdad», manifestó Garay y destacó que «eso no nos impide seguir trabajando en esa construcción para que las familias tengan la tranquilidad del destino de sus desaparecidos».

Garay explicó que sobre Musa Aza Curi pesaban «seis condenas, pero aún tenían 60 causas pendientes».

«Se murió condenado, creo que ningún argentino y santiagueño ignora quien fue este señor», sostuvo y resaltó que «algo que la justicia logró son las condenas que obtuvo» y, por otra parte, «la condena de la sociedad».

Asimismo, al definir al excomisario y represor de la dictadura dijo que «el símbolo más claro era esa sonrisa sardónica con la que siempre aparece, que era más que una sonrisa una mueca y esos lentes oscuros».

Por su parte, Pedro Orieta, abogado querellante en causas de lesa humanidad, en declaraciones a la prensa dijo que con esta muerte «quedan truncadas muchas investigaciones que estaban en instrucción; más allá de las condenas que pesaban sobre él».

A la vez expresó que «muchas de las familias de los desaparecidos, hoy se quedan sin la posibilidad porque muere una de las últimas posibilidades de tener certezas de donde están los desaparecidos».

«Eso es lamentable en todo esto, porque ni siquiera el transcurso del tiempo ni la muerte pueden redimir tanto dolor que han causado, no solo en la familia sino en la sociedad porque causaron heridas colectivas, sociales», remarcó.

Antonio Musa Azar Curi había nacido el día 6 de diciembre de 1936 en la localidad de Árraga, departamento Silipica de Santiago del Estero.

Ingresó a la policía provincial en 1956 y en 1972 formó parte de la Dirección de Informaciones Policiales (DIP), el servicio de inteligencia de la fuerza.

El 24 de junio de 2008 fue condenado, a cadena perpetua, por la Cámara del Crimen de II Nominación de Santiago del Estero, por la violación y asesinato de dos mujeres en plena democracia, en 2003, Leyla Nazar y Patricia Villalba, conocido como el doble crimen de La Dársena.

En el marco de esa causa, sus abogados apelaron pero la condena fue ratificada por la Suprema Corte de Justicia.

Sobre Musa Aza Curi pesaban «seis condenas, pero aún tenían 60 causas pendientes»

En 2010 el Tribunal Oral Federal de Santiago del Estero lo condenó a cadena perpetua por el secuestro, tortura y asesinato de Cecilio Kamenetzky, ocurrido en septiembre de 1976.

En 2012 fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Consolación Carrizo, por la tortura de 31 personas y por secuestros y violaciones sexuales.

Se trató de un fallo histórico en el cual se condenó el abuso deshonesto (sexual) en perjuicio de un detenido varón y finalmente fue destinado a la cárcel de Ezeiza.

En 2018 fue condenado a diez años de prisión por la causa Caballero y en noviembre de 2017 un tribunal de Santiago del Estero le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria, aunque horas después, esta medida fue suspendida.

Sin embargo, en enero de 2018, obtuvo dicho beneficio.

Esa resolución fue dictada por el Tribunal Oral Federal de Santiago del Estero, el mismo tribunal que el 28 de diciembre de 2017 lo condenó a 22 años de cárcel por los crímenes de la Megacausa III. INfo: Télam