MEDIO ORIENTE | El testimonio de un médico que recibió a dos menores, víctimas del ataque de Hamás

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La periodista y corresponsal Elisabetta Piqué, publicó en el medio La Nación, una entrevista al médico argentino residente en Israel, Miguel Glatstein, quien le contó esta terrible experiencia. Uno dijo “Yo también tenía un papá y una hermanita”, ambos asesinados en el kibutz Be’eri durante el ataque de Hamás.

La nota comienza con una fuerte frase del Galeno, “Nunca lloré en el hospital. Es la primera vez que lloro”. A una semana del feroz ataque del grupo terrorista islámico Hamas en el sur de IsraelMiguel Glatstein, este argentino que vive en el país desde hace más de dos décadas, sigue shockeado.

“Es un Holocausto, la gente está destruida, no puedo explicarte”, dice Glatstein, que para la periodista, aún no perdió su tonada porteña y trabaja como médico en la emergencia pediátrica y en el departamento de toxicología del hospital Ichilov de Tel Aviv.

Según relata Elisabetta, como casi todo el mundo en el lugar, él también tiene una historia, una imagen imborrable de ese sábado 7 de octubre y asegura que los hechos demostraron que Israel no era esa fortaleza inquebrantable que siempre había pensado ser, sino que era vulnerable, que no podía proteger a su gente contra cualquier amenaza.

Y continua con la descripción del entrevistado, un hombre de 50 años y médico -recibido en la UBA y que fue reservista del Ejército israelí-, ese sábado en el que había seguido todo el día el drama de la incursión sorpresiva desde la Franja de Gaza a través de las noticias, a Glatstein le tocó en carne propia palpar la atrocidad del ataque.

Una casa destruida en el kibutz Be’eri (Photo by Menahem KAHANA / AFP)MENAHEM KAHANA – AFP

“A todos los heridos de los kibutz que rodean la franja de Gaza tomados por asalto, los llevaban a hospitales más cercanos, a los de Ashkelon y Beersheva, no a mi hospital. Yo estaba de guardia y de repente, a eso de las nueve de la noche, sin que llegara ninguna ambulancia ni nada, caen dos personas con dos chicos en upa”, contó.

Eran dos hermanitos, uno de 8, con una herida en la cabeza y otro de 4 años con intoxicación de monóxido de carbono, que solían vivir en el kibutz Be’eri, pegado a la Franja de Gaza, que se hizo conocido porque fue uno en los que ocurrió una verdadera carnicería, cercano al desierto del Negev y al lugar de la también tristemente célebre fiesta Rave en la que murieron al menos 260 jóvenes.

“Cuando los vi les pregunté a las personas que los traían si eran familiares y me dijeron que no, que eran voluntarios y que los habían traído a Tel Aviv porque tenían acá a un tío. Y el chico de 8 años, Ilan, me empezó a contar que estaban en la casa, que llegaron los terroristas, que la incendiaron, que entonces el padre empezó a sacarlos por la ventana, cuando los terroristas lo mataron con un tiro en la cabeza, así como a su hermanita de 6 meses”, relató Glatstein. “Su mamá, herida, fue llevada al hospital de Ashkelon”, agregó, aun consternado. “Nunca lloré en el hospital. Es la primera vez que lloro”, confesó este médico argentino, que, impactado con la presencia de estos dos hermanitos, les pidió a dos de sus tres hijos -Ariel, de 10 e Itai, de 14-, que fueran al hospital, para acompañarlos.

El hijo del doctor Glatstein (Der) junto a un joven herido en el hospital de Tel Aviv | Foto: Elisabetta Piqué

“Mi hijo Ariel, de 10 años, llevó una Nintendo para jugar y el otro chico le dijo: ‘Yo también tenía una Nintendo y tenía un papá y una hermanita’… Algo muy fuerte”, sumó. “Estuvieron tres días en el hospital, al más chico le di de alta más rápido, pero al otro, al más grande, hubo que operarle la cabeza para sacarle una esquirla, parte de una bala y ahora están con el tío. La mamá fue trasladada a mi hospital, tiene una herida muy jodida en el brazo”, precisó. Su hijo más chico, Ariel, también fue a jugar con un chico que otro chico que llegó con heridas en la cabeza porque un misil le entró en su casa de Ashkelon, ciudad costera cercana a Gaza aún en alerta por andanadas de cohetes.

“Nunca pasó algo así, nunca vi algo así”, comentó Glatstein. Consultado sobre cómo estaban viviendo sus tres hijos el espanto absoluto, contó que, en los últimos días de sirenas, luto, funerales y shock, sin escuelas abiertas, también ellos se movilizaron.

“Estuvieron haciendo voluntariado, preparando comida y sándwiches para enviarle a los soldados al frente, mi hija Tamar estuvo ayudando a través de la computadora a entretenerse a los chicos que no pueden salir de sus casas por las alertas, se sumaron a la ola de solidaridad y a la causa común que nos une ahora que es eliminar a Hamas”, explicó.

“No sé. No entiendo de política, yo soy médico, pero todos somos culpables, desde el gobierno hacia abajo. Pensamos que este era un lugar normal, pero no es un lugar normal. Hasta la semana pasada esto se parecía a Europa, con todos en la playa, la gente bailando en las calles, y el sábado pasado todo se dio vuelta”, dijo. “Pero es evidente que tiene que haber un cambio: Hamas no pelea por el pueblo palestino, Hamas destruye a los palestinos. En mi hospital se atendieron en oncología familiares de integrantes de Hamas, que no pelean por la independencia, sino que lo único que tienen en la cabeza es matar judíos”, comentó.

Como la gran mayoría de los israelíes, Glatstein cuestionó al primer ministro, Benjamin Netanyahu, por una política que en los últimos años dejó atrás cualquier agenda de paz, debilitó a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de Cisjordania del más moderado presidente Mahmoud Abbas con la construcción de más asentamientos y reforzó a Hamas -en el poder en Gaza desde 2007-, dejando que llegaran grandes flujos de dinero desde Qatar y sin detectar, en la peor falla de inteligencia de la historia del país, que estaban preparando un ataque mortífero.

“No sé qué hay que hacer, no soy experto. Sólo entiendo de medicina, pero es necesario un replanteo muy grande de todo, con los colonos, con las fuerzas de ultraderecha ortodoxas de su gobierno y con Hamas, que debe ser liquidado”.

 

Elisabetta Piqué || @bettapique || Corresponsal de La Nación. 3 libros: Diario de guerra, Afganistán-Irak; Francisco, Vida y Revolución; Cien días en Ucrania