Se trata de una piedrita que el joven llevaba como colgante cuando desapareció el 30 de abril pasado. El vehículo estaba secuestrado en el marco de la causa y se determinó que estuvo el 8 de mayo a unos 800 metros de donde fue encontrado el cadáver.
Una piedrita que Facundo Astudillo Castro llevaba como colgante cuando desapareció el 30 de abril pasado fue hallada hoy en el baúl de un patrullero de la policía bonaerense que estaba secuestrado en el marco de la causa y que se determinó que estuvo el 8 de mayo a unos 800 metros de donde fue encontrado el cadáver del joven, es decir nueve días después de su desaparición, informaron fuentes judiciales.
Se trata de una turmalina que fue hallada hoy por el perro adiestrado «Yatel» del perito de la querella Marcos Herrera, durante un peritaje realizado sobre el Toyota Etios que había sido secuestrado el 25 de agosto pasado y que pertenecía a la Unidad de Prevención de Policía Local (UPPL) de Bahía Blanca.
El secuestro de ese móvil policial se había registrado luego de que el fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez recibiera un informe de Asuntos Internos de la policía provincial que aseguraba que el GPS de ese vehículo marcaba que habría circulado nueve días después de la desaparición de Facundo por el cangrejal donde fueron hallados sus restos.
Precisamente, en las últimas horas, los investigadores recibieron los resultados de un peritaje tecnológico que determinó que el geolocalizador de ese patrullero funcionaba normalmente y lo ubicó a unos 800 metros de donde fue hallado el cuerpo.
«La turmalina es una piedra que Facundo llevaba de colgante», dijo a Télam Luciano Peretto, uno de los abogados que representa a Cristina Castro, la madre de Facundo.
Facundo (22) fue visto con vida por última vez el 30 de abril.
Precisamente, Cristina supervisó los peritajes y reconoció inmediatamente la piedrita como la que llevaba su hijo al momento de desaparecer, según reconocieron las fuentes judiciales a Télam.
Los fiscales Ulpiano Martínez, Andrés Heim y Horacio Azzolín ordenaron el secuestro de la turmalina para que sea peritada en busca de rastros y analizaban otros elementos en el marco de la investigación.
Por otra parte, la madre de Facundo consideró que tanto el hallazgo del objeto como el resultado del peritaje sobre el GPS de ese patrullero «complica más a la policía bonaerense».
«Nos llegó el informe y determinó que el GPS no falló en ningún momento, ese vehículo estuvo a 800 metros (del lugar donde fue hallado el cadáver) y estuvo 35 minutos parado el 8 de mayo», aseguró Castro esta mañana en declaraciones a una radio bahiense.
La mujer agregó que «el AVL (Rastreo Satelital Vehicular) no ha tenido ninguna modificación, ninguna falla, así que todo lo que estaba diciendo el ministro (se Seguridad Sergio) Berni que fallaba el AVL, ahora nos confirman que no, que no tiene ninguna falla», dijo la mujer a Radio Altos de Bahía Blanca.
Castro agregó que el patrullero Etios «se salió del distrito, ingresó a Villarino y estuvo 35 minutos parado a metros de donde se encontró a Facu. Están llegando las pericias que se están haciendo en Buenos Aires y cada día complican más a la policía bonaerense, yo siempre lo dije que a mi hijo lo mató la policía bonaerense de Villarino».
También la mujer hizo referencia a la mochila hallada el pasado sábado por un pescador en la zona costera de General Daniel Cerri y en la cual ayer reconoció varios elementos que estaban en su interior durante una diligencia llevada a cabo en Gendarmería.
«En la mochila estaba el pantalón donde Facundo sale en la foto el día en que lo paran en Mayor Buratovich», dijo Castro al señalar además que estaba «el cepillo de dientes, la espuma de afeitar» pero que faltan «muchas cosas» de la mochila.
También Cristina Castro señaló que estaban los teléfonos celulares «que son de Facu, el Nokia que no tenía un mes de uso y el Blackberry que utilizaba antes él porque mi papá le había prestado uno».
«Estaban los dos teléfonos, el carnet de conducir, remeras que las conozco de memoria, pero faltan cosas de Facu que alguien tiene», afirmó, al indicar que «no apareció el buzo de Boca».
La mujer reiteró: «Lo he dicho desde un principio, ellos tienen las cosas de Facu, lo vengo repitiendo hace rato, desde el día que apareció el cuerpo desnudo que era un esqueleto, ahora veo el pantalón adentro de la mochila. Alguien tiene el buzo de Facu».
«Me llamó muchísimo la atención que la mochila estaba intacta y cerrada, al querer abrirla ese pescador se rompieron los cierres, no me explico cómo pudo estar la ropa de la forma que está y algunas prendas que están intactas como la gorra», dijo.
Ese móvil policial había sido secuestrado el 25 de agosto.
La desaparición
Facundo (22) fue visto con vida por última vez el 30 de abril último, cuando en plena cuarentena por la Covid-19 dejó su casa de Pedro Luro para ir a Bahía Blanca a ver a su exnovia.
En el trayecto fue detenido en, al menos, un control policial por violar el aislamiento, aunque se lo dejó continuar y, según cree su madre, tras ello fue desaparecido por policías bonaerenses que finalmente habrían arrojado sus restos en el cangrejal de General Cerri, en el partido de Villarino, donde fueron hallados 107 días después de su desaparición.