Según el medio El Confidencial, en el ataque aéreo israelí, fallecieron la esposa, el hijo y la hija de Wael Al-Dahdouh, jefe de la oficina árabe de Al Jazeera en Gaza.
Wael Al-Dahdouh es un periodista que representa el sufrimiento que experimentan muchos trabajadores de prensa que cubren la guerra en Gaza.
El jefe de la oficina árabe de Al Jazeera en la Franja, recibió la noticia el miércoles de que su esposa, su hija y su hijo habían muerto en un bombardeo israelí en el campamento de Al Nuseirat en el centro de Gaza. Su familia había sido evacuada para protegerse de los ataques de Israel.
«Esta es la zona ‘segura’ de la que hablaba el ejército de ocupación», dijo el reportero.
En la ciudad de Gaza, cientos de periodistas palestinos se ven obligados a huir de los bombardeos israelíes mientras cubren la guerra entre el movimiento islamista Hamás e Israel. Estas condiciones son terribles y ponen en riesgo sus vidas.
Algunos de estos periodistas trabajan para medios locales, mientras que otros son parte de la prensa internacional. Sin embargo, todos ellos experimentan el mismo sufrimiento al ejercer su profesión, en este momento las redacciones se mudaron a carpas instaladas en el patio de un hospital.
Según el sindicato de periodistas, al menos 22 periodistas han muerto en la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra, desencadenada por un ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre.
Los medios de comunicación presentes en Gaza se vieron obligados a desplazarse hacia el sur debido a los intensos bombardeos israelíes, aunque los ataques aéreos afectan a todo el territorio.
Varios cientos de periodistas, incluido el equipo de AFP, se han instalado en el patio del hospital Nasser en la ciudad de Jan Yunes. Aunque tienen electricidad para cargar sus dispositivos, las condiciones de higiene son básicas y el suministro de agua corriente es intermitente. Algunos periodistas duermen directamente en el suelo de las tiendas de campaña o en sus vehículos para tener más privacidad.
Los periodistas se enfrentan constantemente a los bombardeos a su alrededor y en ocasiones se ven obligados a abandonar sus cámaras y no transmitir en directo. Las dificultades también afectan emocionalmente a los periodistas, quienes se sienten impotentes para calmar a sus seres queridos y se preocupan constantemente por su seguridad.
A pesar de las difíciles condiciones, los periodistas están decididos a hacer su trabajo y cubrir la guerra en Gaza. Algunos de ellos tienen la posibilidad de salir de la Franja si se abre el puesto fronterizo de Rafah con Egipto, pero eligen quedarse para informar. Sin embargo, la comunicación con sus familias se ve complicada debido a los problemas de telecomunicaciones causados por los bombardeos.
Esta situación refleja el sacrificio y la valentía de los periodistas palestinos que arriesgan sus vidas para informar sobre los acontecimientos en Gaza y para que el mundo reciba otra mirada del conflicto.
Gonzalo Goro | Diario de Punilla