EDUCACIÓN | Los campesinos tienen su propia universidad en Ojo de Agua

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Las dificultades históricas de jóvenes rurales en el acceso a la educación superior obligó al Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) a crear su propia casa de altos estudios que tiene la perspectiva del «Buen vivir», el paradigma de los pueblos indígenas.

Por Alba Silva

Las dificultades históricas de jóvenes rurales en el acceso a la educación superior obligó al Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) a crear su propia casa de altos estudios que tiene la perspectiva del «Buen vivir», el paradigma de los pueblos indígenas.

La esforzada experiencia derivó, por otra parte, en la atención a jóvenes con problemas con las drogas y la policía en un trabajo que busca rescatarlos de la marginalidad y el abandono.

Se trata de la Unicam SURI (Universidad Campesina, Sistemas Rurales Indocampesinos) fundada en el 2011 en Ojo de Agua sobre la ruta 9, en el sur santiagueño que utiliza al Buen Vivir o Sumaj Kawsay como se dice en quechua, como modelo a seguir y que rechaza, entre otros principios, el desarrollo ilimitado y el supuesto progreso sin fin.

«La UniCam es para los jóvenes que viven en parajes alejados y que necesitan formarse. Quisimos establecer y consolidar un instrumento universitario con enfoque y metodología indoamericana», explicó en declaraciones a Télam Angel Strappazzón, referente del movimiento campesino a nivel nacional e internacional y a cargo del proyecto.

«Tenemos objetivos estratégicos y específicos. Lo más importante es que jóvenes que no tenían acceso a la universidad, aún a la pública, porque tenían que trabajar ahora pueden hacerlo. Un dato importante es que hay muchos inscriptos y hasta tenemos lista de espera», señaló Strappazzón.

Agregó que la propuesta de la UniCam, por la que ya pasaron unos cinco mil estudiantes de varias provincias y de organizaciones campesinas de otros países con los que hay convenios es «dotar a los alumnos de las herramientas científicas para desarrollar la producción agroecológica. Es lo que hacen desde siempre las comunidades así que se aprovecha todo lo que los alumnos ya saben en una relación de ida y vuelta».

Uno de los principales problemas que enfrentan es «la falta de infraestructura. Necesitamos más aulas y más dormis» señaló Strappazzón al destacar que el plan de la Unicam es «tener capacidad para 500 jóvenes viviendo y durmiendo en lo que se llama la semana de 9 días de alternancia».

Entre las experiencias de estudiantes y profesores de la Unicam estuvo la construcción edilicia de la sede en Ojo de Agua que se hizo desde «la bioconstrucción. Usamos botellas, vidrios, reciclados, elegimos tierra de descarte, arcillosa, guano, cardón, cemento, piedra. Nosotros no rompemos la montaña usamos lo desprendido de los cerros durante millones de años, vamos con los camiones y los jóvenes los cargan».

Añadió que con artesanos y albañiles locales que son expertos en la construcción con piedra probaron techos abovedados que «nos da mucho resultado para los vientos, las lluvias, humedades y el calor. Pronto empezaremos con estufas andinas y de la siberia que con poca leña se logra ambiente calefaccionado».

Desde que empezaron en el 2011 por la Unicam pasaron miles de jóvenes que se recibieron de técnicos agroecólogos con título provincial pero «ya tenemos convenios con las universidades de Avellaneda y de Santiago del Estero que van a certificar los títulos», precisó Strappazzón.

En realidad, la Unicam tiene convenios con unas 20 casas de altos estudios nacionales y de otros países como Brasil, España, Bélgica, Holanda, Italia y Uruguay según pormenorizó el entrevistado quien contó, que también asisten estudiantes wichí, mbya guaraní, qom y kollas, entre otros pueblos indígenas locales.


Unicam SURI - Universidad Campesina, Sistemas Rurales IndocampesinosUnicam SURI – Universidad Campesina, Sistemas Rurales Indocampesinos

Aunque enfatizan escuelas de ingeniería rural y carreras que sirvan para el desarrollo del trabajo en el campo también forman psicólogos sociales y comunicadores populares que apunta a trabajar las problemáticas de los movimientos sociales, urbanos o rurales.

En ese sentido Strappazzón dijo que la experiencia educativa de la Unicam se replicó, por ahora en modo incipiente, en la provincia de Buenos Aires, con un trabajo que incluye a jóvenes con problemas con la policía y con las drogas.

«En Buenos Aires tenemos escuelas en marcha con jóvenes muy entusiasmados y demanda de matrícula pero no hay cupo y tienen que esperar hasta el año que viene, lo que genera dificultades y atrasos», lamentó.

De todos modos el trabajo no para y la Unicam avanza en la firma de convenios con instituciones como la Federación Asociaciones de Centros Educativos para la Producción Total (Facept), una institución bonaerense que trabaja en la educación para el desarrollo de comunidades rurales bonaerenses.

«Llegaron jóvenes con graves problemas con la justicia o con consumos tóxicos por eso desde el 2012 iniciamos `terapia en crisis´, vinculado a Alfredo Moffat. Eso dio resultados por lo que el Sedronar convocó a una reunión amplia a ONGs y red de organizaciones vinculadas a estas terapias y quedó elegida la Unicam para recibir casos de chicos y chicas en gravedad tóxica y con problemas con la policía», reveló Strappazzón sin ocultar su orgullo por el camino recorrido.

Y agregó: «Tuvimos que abrir subsedes: Refugios del Buen Vivir con enfoque agroecológico en provincia de Buenos Aires y Córdoba. Negociamos comodatos por 10 años para recibir jóvenes de villas. En Santa Fe recibimos una escuela primaria toda completa con alojamiento para coordinadores.

La filosofía que inspira al Mocase, fundado en Quimilí, Santiago del Estero en agosto de 1990 y 20 años después dio vida a la Unicam, es el pensamiento del Buen Vivir que, señaló Strappazzón, se encamina «a profundizar lo comunitario, la relación entre lo urbano y lo rural. Evitar grandes metrópolis y estar estrecha y profundamente vinculados a la pachamama».

Info: Telam