11 Agosto 2020 Ayuda humanitaria
La situación de emergencia causada por el estallido en el puerto de Beirut dio lugar a un relajamiento de las medidas precautorias contra el COVID-19 y los casos van en aumento, advierte la oficina encargada de la coordinación de ayuda humanitaria. Por otra parte, se informa que entre los muertos en el siniestro se contaron decenas de refugiados.
La Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA) destacó que el domingo pasado se registraron 294 casos y dos decesos por COVID-19 en Líbano, la cifra más alta reportada hasta el momento en ese país.
La dependencia de Naciones Unidas considera que este incremento es detonado por un descuido de las medidas de precaución contra el coronavirus debido a la emergencia que vive el país tras las explosiones del pasado martes en Beirut, que dejaron al menos 160 muertos, un número indeterminado de desaparecidos y miles de heridos.
Esta tendencia presagia “que la tasa de transmisión del virus se elevará y que los casos se incrementarán notablemente en las próximas semanas”.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, Líbano ha notificado oficialmente 6517 casos confirmados y 76 defunciones desde que inició la pandemia.
“Puesto que la situación en cuanto al COVID-19 sigue siendo muy alarmante y hay un mayor resurgimiento de casos positivos incluso entre los trabajadores de la salud, se están realizando esfuerzos importantes para vincular la respuesta sanitaria a la respuesta de emergencia a la explosión con el fin de promover la sensibilización y las medidas preventivas ”, indicó OCHA.
Víctimas entre los refugiados
Por otro lado, la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) informó este martes que en la lista de más de 200 personas fallecidas y desaparecidas en la explosión que sacudió la capital libanesa se incluyen al menos 34 personas refugiadas.
Señaló que sus equipos en el terreno se encuentran verificando los informes y temen que el número de muertos entre una población de refugiados de 200.000 personas en Beirut pueda ser aún mayor.
Agregó asimismo que 124 refugiados resultaron heridos en la explosión, veinte de ellos de gravedad.
ACNUR trabaja con los equipos de rescate y otros socios humanitarios para identificar a las víctimas y ofrece a las familias afectadas por la tragedia asesoramiento y asistencia en efectivo, además de ayudarles con las gestiones para enterrar a las víctimas.
La agencia afirmó que sus operaciones de socorro tras la explosión abarcan a toda la comunidad: libaneses, refugiados y trabajadores migrantes.
Los esfuerzos se centran las personas más vulnerables, a quienes se brinda albergue y protección.
Como parte del llamamiento humanitario interagencial, ACNUR está movilizando 12 millones de dólares para la respuesta de emergencia a los hogares más pobres y más severamente golpeados. El paquete incluye 9,6 millones de dólares para intervenciones dirigidas a proporcionar cobijo y 2,44 millones para actividades de protección, actividades que se desarrollaran a lo largo de los próximos tres meses.
El organismo explicó que se ha puesto en marcha una evaluación casa por casa en los barrios más impactados y que el domingo inició la distribución de ayuda humanitaria. Las primeras estimaciones indican que unas 10.000 familias vulnerables podrían haberse visto afectadas por la explosión, y necesitar apoyo inmediato.
La prioridad de ACNUR es identificar y llevar ayuda a quienes necesitan con urgencia un techo bajo el cual cobijarse de las inclemencias del tiempo. Esta asistencia ayudará a asegurar las entradas y las ventanas de las viviendas, proporcionando cierto nivel de seguridad y protección para que la población recupere su privacidad y dignidad. La asistencia irá dirigida también a las personas afectadas que se encuentran desplazadas fuera del área de Beirut.