Gladys Estigarribia (51), una de las ganadoras del Concurso Potenciar del Ministerio de Desarrollo Social, aseguró que las tres máquinas de coser que recibió en su casa de Carapachay le «devolvieron la dignidad laboral» y prometió que ahora no para más «hasta ser empresaria».
«Hace dos años que estoy desempleada, porque tengo 51 años y por la experiencia que tengo estoy sobre calificada y para otras no tengo experiencia específica en lo que piden», contó la mujer a Télam Audiovisuales que hace 6 años sobrevive con un pequeño emprendimiento textil que hoy está frenado por la pandemia y por eso cobra el IFE.
«Y fue mi papá fue el que mirando la tele vio al ministro de Desarrollo y me dijo ‘ahí están las máquinas que vos querés, así que anotate’. Al día siguiente lo hice y sentí la sensación de que lo iba a ganar y lo mismo me dijeron mis amigas», agregó.
Y si bien la inscripción «fue fácil», todo ocurrió justo dos semanas antes de que se decretara el ASPO, con lo cual «se postergó un poco el concurso», cuyos ganadores se conocieron los últimos días.
«Caminando sobre las nubes estoy porque no puedo creer tener estás máquinas que yo no podría comprar ni a crédito ni de ninguna manera», dijo.
El kit con el que fue beneficiada Gladys está compuesto por una «máquina de coser cañón industrial», una «poste doble aguja» y un «doble arrastre».
«Yo venía cosiendo con una maquinita a pedal y se me dificultaba mucho coser cuero o cosas más gruesas, lo que me limitaba en mi producción y el trabajo terminado no quedaba tan bien como yo quería», contó.
A esa Singer básica con la que contaba, ahora le sumó «tres máquinas industriales» que «son eléctricas, y tienen una velocidad buenísima para hacer producción en serie» del material que sea, lo que le permitirá seguir haciendo «cosas personalizadas a pedido» pero también producir en cantidad.
«Son Ferraris para mi, en el ámbito mío, lo mejor», contó, orgullosa.
Y, como aprende rápido y «vivo estudiando, mirando videos, practicando y tomando notas»; confía en que «dentro de un mes las voy a dominar» porque «son mis hijas, no me pueden ganar».
«El año que viene ya voy a tener gente trabajando para mí, porque yo no quiero ser una costurera, sino una empresaria que hace lo que le gusta y ayuda a los demás.», se entusiasmó.
El pasado 2 de agosto se conocieron los 500 ganadores del concurso Potenciar para que desempleados mayores de 40 años con experiencia en diferentes oficios, pudieran acceder a herramientas para desarrollar sus emprendimientos.
Lanzado en marzo, se presentaron más de 8.000 postulantes cuyos proyectos fueron analizados por una Comisión Evaluadora de cinco integrantes.
Cada uno de los beneficiarios deberá donar, durante cuatro meses, el 20 por ciento de su producción u 8 horas mensuales de trabajo a una institución sin fines de lucro de su elección que el caso de Gladys será la parroquia San Cayetano donde decenas de personas concurren cada semanas por alimentos y productos de higiene que les son entregados en bolsas de nylon que ahora serán reemplazadas por las de tela que confeccionará la mujer.
«Yo siempre quise ayudar, así que me vino fantástico porque maté dos pájaros de un tiro: tengo lo que quiero y además voy a hacer obligada por el ministerio algo que yo realmente quería hacer», agregó.
Gladys vive con su marido electricista y dos hijos adolescentes, quienes la apoyan en todos sus proyectos.
«A mí me devolvieron la dignidad laboral estas máquinas, porque en el campo normal no me dan trabajo digno; puedo ir a lavar pisos pero yo no quiero porque yo estudié, yo tengo conocimiento y experiencia», concluyó.