Ucrania urgió hoy a la OTAN a enviarle más armas y redobló un llamado a los habitantes del este del país a abandonar sus casas antes de que Rusia lance allí una ofensiva de envergadura luego de haber replegado a sus fuerzas de la región de Kiev.
Al cumplirse seis semanas de su invasión a Ucrania, el foco del Gobierno ruso del presidente Vladimir Putin está ahora sobre el Donbass, una región industrial y rusoparlante del este ucraniano fronteriza con Rusia.
Hace dos semanas, Rusia anunció que había completado la primera fase de su ofensiva en Ucrania y que la siguiente se centraría en la «liberación» del Donbass. En tanto, una semana después, empezó a retirar fuerzas de las regiones norteñas de Kiev y Chernigov.
De visita en Bruselas, el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, pidió a los países de la OTAN suministrar más armas al Ejército de Ucrania.
«Vengo a pedir tres cosas: armas, armas y armas», dijo Kuleba al llegar a la sede de la OTAN en Bruselas para una reunión con cancilleres de los países de la alianza militar transatlántica liderada por Estados Unidos.
«Cuanto más rápido se entreguen, más vidas serán salvadas y destrucciones evitadas», agregó.
Algunas de las 30 naciones que conforman la OTAN parecen temer irritar a Rusia si proveen de armas a Ucrania, luego de que la alianza descartara enviar tropas de combates o de paz a territorio ucraniano.
De todos modos, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, exhortó a los países miembro a dar más armas a Ucrania, y no solo defensivas.
“Ucrania está peleando una guerra defensiva, así que la distinción entre armas ofensivas y defensivas realmente no tiene ningún sentido», dijo Stoltenberg.
Países occidentales han suministrado a Ucrania armas portátiles antitanque y antiaéreas, pero no los aviones y tanques que muchas veces solicitó el Gobierno ucraniano.
Consultado sobre qué más quería su país, Kuleba mencionó aviones, misiles que se disparen desde tierra, vehículos blindados y sistemas de defensa antiaérea, informó la agencia de noticias AFP.
Ucrania dijo esta semana que un creciente número de soldados y mercenarios rusos se estaba desplazando hacia el Donbass, donde separatistas rusoparlantes combaten al Ejército ucraniano desde hace ocho años y controlan parcialmente dos provincias.
Más de 14.000 personas han muerto en ese conflicto, y Rusia dijo que uno de los objetivos de su ataque a Ucrania era proteger a los civiles del Donbass del Ejército ucraniano.
Antes de lanzar su invasión, que comenzó el 24 de febrero, Rusia reconoció la independencia de las repúblicas populares que los separatistas proclamaron en las dos provincias donde controlan territorios, la de Donetsk y la de Lugansk.
El gobernador de Donetsk, Pavlo Kirilenko, dijo que al menos cinco civiles murieron hoy y otros ocho resultaron heridos en bombardeos rusos en la provincia, ubicada al sur de la de Lugansk.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, insistió hoy con una llamado que había hecho ayer para que los civiles de Donetsk, Lugansk y otra provincia vecina abandonen sus casas y se dirijan a lugares más seguros antes de que sea tarde.
“Más tarde, la gente quedará bajo fuego, y ya no seremos capaces de hacer nada por ellos», dijo.
La funcionaria consigno además que Rusia acordó respetar una tregua a lo largo de 10 corredores humanitarios para evacuar hoy a civiles de zonas de combates en el Donbass y en la vecina provincia de Zaporiyia, que limita con Donetsk.
El vocero de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Shputun, indicó hoy que las fuerzas rusas seguían bloqueando Jarkov, la segunda ciudad más poblada y grande de Ucrania, en la provincia del mismo nombre, que limita con el Donbass.
Agregó que las tropas rusas también estaban recurriendo a «medidas brutales» en la sureña provincia de Jerson, la única de Ucrania controlada por Rusia.
En su video nocturno dirigido a la nación, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, señaló que su país también se estaba preparando para la batalla.
“Pelearemos. No nos replegaremos», ratificó Zelenski anoche.
Esta semana, Ucrania acusó al Ejército ruso de haber masacrado a civiles en ciudades de la periferia de Kiev de las cuales se retiró recientemente, luego de la publicación de fotos de cadáveres tirados en calles o en fosas comunes en la ciudad de Bucha.
Rusia rechazó las acusaciones y dijo que se trató de una «puesta en escena» y un «montaje» organizado por Ucrania «para los medios occidentales» y para desacreditar al Ejército ruso.
Autoridades de Ucrania aseguraron haber hallado al menos 410 civiles muertos en Bucha y otras localidades cercanas, a los que Zelenski presentó como víctimas de una campaña deliberada de Rusia para «matar, violar, desmembrar y torturar».
Zelenki afirmó anoche que tenía información de que el Ejército de Rusia «cambió de táctica» y ahora estaba removiendo cadáveres de ucranianos de calles y sótanos para, dijo, «esconder evidencia» de sus «crímenes de guerra».
En reacción a las denuncias de esas atrocidades, Estados Unidos impuso ayer sanciones contra las dos hijas adultas de Putin y a dos grandes bancos rusos.
El Reino Unido, por su parte, prohibió las inversiones en Rusia y prometió poner fin en dos años a su dependencia del carbón y el petróleo ruso.
En tanto, el Senado estadounidense tiene previsto comenzar a debatir hoy una ley para poner fin a las relaciones comerciales con Rusia, lo que allana el camino para imponer aranceles más altos a ciertas importaciones.
La Unión Europea (UE) tiene previsto intensificar sus propias medidas punitivas contra Rusia, incluyendo prohibir las importaciones de carbón ruso.
Mientras tanto, la Asamblea General de la ONU votará hoy si suspende a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la organización. ||| Info: Telam Foto:AFP