«Siempre busqué respeto, no aceptación», dice la primera operadora transgénero del 107

Gracias por compartir esta información

Alma Cristal Barraza está al servicio de la línea 107 de emergencia del SAME en Mar del Plata y explicó que trabaja con vocación y pensando siempre «en ayudar al prójimo mediante una llamada de urgencia». Por Natalia Duhalde | Telam

Alma Cristal Barraza es la primera mujer transgénero de la Argentina que está al servicio de la línea 107 de emergencia del SAME en Mar del Plata y explicó que trabaja con vocación y pensando siempre «en ayudar al prójimo mediante una llamada de urgencia».

Barraza tiene 44 años y en diálogo con Télam, contó su historia de vida y las exigencias de un trabajo que, a través de la línea telefónica, llega a cada rincón de la «ciudad feliz».

«Todos los días agradezco la familia hermosa que me tocó en la vida, tanto mis padres como mis hermanos me aceptaron como soy y solo tengo recuerdos de haber pasado una infancia muy feliz en mi casa a pesar de que éramos una familia muy humilde», contó.

Alma Cristal tiene un gemelo y 7 hermanos (Bernardo, Gonzalo, Hugo, Marcela, María Marta, Liliana y Adriana) que siempre la apoyaron en cada decisión que tomó y nunca le soltaron la mano cuando a los 17 años decidió irse a vivir sola con un amigo.

«Me fui a vivir con un amigo gay y para poder sostener mis gastos trabajé en el Correo Argentino, repartiendo revistas, vendiendo frutas, verduras y productos regionales en un local de la estación ferroautomotora. También hice transformismo en el teatro aunque mi condición sexual nunca me condicionó ni me condiciona en la vida», recordó.

Dueña de un gran carisma, la operadora del SAME contó: «Siempre quise estudiar y fue así que me formé para cuidar a adultos mayores. También hice cursos de primeros auxilios, prevención de enfermedades y otras capacitaciones relacionadas con la salud. Hice muchos sacrificios para eso, iba caminando de un lado a otro para no gastar en transportes, tomaba apuntes en la biblioteca municipal y logré terminar cada programa con su título».

Esos años de estudio dieron frutos y Barraza encontró su primer empleo profesional: en el Hogar «Ipanema» de la Avenida Libertad e Independencia, asistiendo a adultos mayores, «tuve el primer paso importante de reconocimiento, tanto los dueños como los abuelos me querían mucho y el vínculo era muy fuerte entre todos», enfatizó al tiempo que dijo: «De los 400 hogares que hay en Mar del Plata, fue el único que me permitió hacer prácticas conociendo mi condición sexual».

Luego de esa experiencia, llegó este trabajo de radio operadora en la línea 107 del SAME que funciona en el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) perteneciente al municipio de General Pueyrredón, donde trabaja desde hace 4 años y donde, dijo con orgullo: «Me he convertido en la primera mujer transgenero del 107 en todo el país».

«Este trabajo te permite darte cuenta de que tenés en tus manos la vida de los ciudadanos de toda Mar del Plata», dijo a esta agencia la operadora.

«Soy una apasionada de mi trabajo, es una tarea que tiene mucha adrenalina porque cuando recibís un llamado pidiendo ayuda, solo te concentrás y pensás todo el tiempo que, del otro lado del teléfono, hay alguien desesperado que necesita contención y acompañamiento», expresó.

Su formación en primero auxilios, contó, fueron importantes en algunas ocasiones: «Gracias a mis cursos, muchas veces, hasta que llega la ambulancia a ese domicilio, yo les he dado técnicas de RCP, de masajes ante un ahogo o simplemente contención psicológica para que la persona no entre en pánico», recordó.

«Tener un espacio dentro del cupo laboral trans es muy positivo para mí, aunque muchas veces la gente nos desconoce y nos tiene miedo»

Alma Cristal Barraza contó que esta en pareja hace una década: «Se llama Natanael, es chef y vivimos juntos con mi amigo en el barrio Don Bosco. Para mí, ellos son los ángeles protectores que la vida y el destino me puso enfrente», aseguró.

En el COM la definen como «la operadora estrella» y ella se divierte con el título cariñoso: «Cuando ingresé a este trabajo, tuve la suerte de conocer a Gisela Lagranje, una compañera que me ayudó muchísimo y me fue integrando al resto del grupo. Desde ese momento, sentí que el ser transgénero no importaba, solo era una más y me siento respetada y considerada por todos ellos», recordó.

Si le preguntan cómo es, Alma Cristal se define como una mujer «guerrera, vanguardista y luchadora», y en diálogo con Télam precisó: , cuando se acercan y empiezan a tratarnos se dan cuenta de que somos como cualquier ser humano común y corriente. Aunque es cierto que ese prejuicio del otro es triste».

A cinco años de la sanción en la provincia de Buenos Aires del cupo laboral Diana Sacayán y luego de la resolución de Nación que establece su implementación en todo el territorio argentino, ella aseguró: «Celebro cada avance en materia de inclusión, aunque en General Pueyrredón somos pocas las compañeras que integramos el sector público como administrativas».

Con todo, Alma Cristal considera que falta mucho para que la Ley de Identidad de Género se cumpla como debe ser: «Este tipo de medidas son lo contrario a lo que se nos condenaba históricamente: la nocturnidad, lo que está prohibido, las drogas, las persecuciones policiales y tantas otras cosas que se viven en la calle», dijo.

Por eso, ella insistió con el valor del conocimiento: «Siempre busqué el respeto, no la aceptación. La gente teme lo que desconoce y eso se debe al prejuicio que aún existe en la sociedad. Pero yo, desde mi humilde lugar, seguiré trabajando con el entusiasmo de siempre para que esto se revierta», concluyó.