El Sumo Pontífice, de 88 años, continúa en “estado crítico” y con “pronóstico reservado”, según el último parte médico emitido por el Vaticano. Francisco enfrenta complicaciones derivadas de una neumonía bilateral, que desencadenó una crisis respiratoria asmática prolongada y una trombocitopenia (disminución de plaquetas), lo que requirió la aplicación de oxígeno de alto flujo y transfusiones de sangre.
El parte médico del Vaticano
La Santa Sede informó que el Papa experimentó una crisis respiratoria asmática durante la mañana, lo que obligó a los médicos a administrarle oxígeno de alto flujo para estabilizar sus niveles de oxígeno en sangre. Además, los análisis revelaron trombocitopenia, una condición que reduce la capacidad de coagulación y aumenta el riesgo de hemorragias, lo que llevó a la necesidad de transfusiones de sangre.
A pesar de su estado crítico, los parámetros hemodinámicos del Pontífice se mantienen estables. Sin embargo, el parte médico señaló que Francisco está “con más dolores que ayer” y que no podrá pronunciar la oración Angelus este domingo.

¿Qué es una crisis respiratoria asmática?
El doctor Alejandro Videla, neumonólogo y expresidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), explicó que el Papa sufre de asma y bronquiectasias, enfermedades respiratorias obstructivas que se agravan con infecciones como la neumonía. “Cuando una persona con estas condiciones sufre una infección respiratoria, es plausible que se despierte inflamación, obstrucción bronquial y producción de moco, lo que empeora la capacidad respiratoria”, detalló Videla.
La incapacidad para hablar, reportada por el Vaticano, es un indicador de gravedad en estos cuadros. La doctora Ana María Putruele, jefa de Neumonología del Hospital de Clínicas de la UBA, añadió que las bronquiectasias del Papa son secuelas de infecciones previas, como la tuberculosis, que provocan hiperreactividad bronquial y predisponen a crisis asmáticas recurrentes.
Oxígeno de alto flujo: una intervención clave
El uso de oxígeno de alto flujo es fundamental en estos casos, ya que no solo aumenta la concentración de oxígeno, sino que también impone un flujo elevado para superar las obstrucciones en las vías respiratorias. “El oxígeno debe llegar a los alvéolos, donde se produce el intercambio gaseoso con la sangre”, explicó el doctor José Viudes, neumonólogo del Hospital Italiano.
Esta intervención es crucial para evitar la intubación y la ventilación mecánica, especialmente en pacientes mayores como el Papa, cuya fragilidad y condición inflamatoria aumentan los riesgos de complicaciones.

Trombocitopenia: un riesgo adicional
La trombocitopenia es una disminución en el número de plaquetas, células esenciales para la coagulación sanguínea. En el caso del Papa, esta condición podría estar relacionada con la neumonía bilateral y el riesgo de sepsis, una respuesta inflamatoria generalizada ante una infección grave.
“La trombocitopenia puede ser un indicio de sepsis, lo que incrementa el riesgo de fallas multiorgánicas”, señaló Videla. Las transfusiones de sangre buscan estabilizar el conteo de plaquetas y prevenir complicaciones como hemorragias internas.
El historial médico del Papa
Francisco tiene antecedentes respiratorios significativos. A los 20 años, le extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho debido a una infección. Además, sufre de asma crónica persistente, una condición que lo ha llevado a enfrentar recurrentes crisis respiratorias, especialmente durante los meses de invierno.
Pronóstico y cuidados
Aunque el Papa se encuentra estable en términos hemodinámicos, su condición sigue siendo crítica y reservada. Los médicos destacan la importancia de mantenerlo bajo monitoreo constante y evitar que su estado derive en una intubación, lo que complicaría aún más su recuperación.
Diario de Punilla | Fuente: Infobae