El rapero iraní Salehi, detenido el mes pasado, después de manifestar su apoyo a las protestas contra el Gobierno podría ser condenado a muerte, confirmó hoy la Autoridad Judicial de Irán.
Los familiares de Toomaj Salehi habían afirmado ayer que su juicio empezó ese día, a puerta cerrada y sin ninguna representación legal, acusado de ser un «enemigo de Dios» y de «corrupción en la tierra», delitos punibles con la pena capital en Irán.
«El proceso todavía no ha tenido lugar pero el acta de acusación contra Toomaj Salehi fue redactada y enviada» a los tribunales, declaró Assadollah Jafari, jefe de la Autoridad Judicial (AJ) de la provincia, informó la agencia de noticias de la AJ, Mizan Online.
«Está acusado de corrupción en la tierra por propagar mentiras en Internet y propaganda contra el sistema, y por haber constituido y dirigido grupos ilegales con el objetivo de perturbar la seguridad cooperando con un gobierno hostil a Irán, y de haber incitado a cometer actos violentos», añadió, informó la agencia de noticias AFP.
Irán es escenario de un movimiento de protesta desencadenado el 16 de septiembre por el deceso de la joven Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que murió tras ser detenida por la policía de la moral en Teherán.
Las autoridades denuncian estas protestas como «disturbios» promovidos por Occidente.
El 2 de noviembre, la agencia de noticias oficial IRNA publicó un video en el que, según ella, Salehi llevaba los ojos vendados y decía haber «cometido un error».
«Confesiones forzadas», denunciaron inmediatamente activistas por los derechos humanos.
Poco antes de su arresto, el rapero había dado una entrevista muy crítica con el régimen a la cadena canadiense CBC. «Se trata de una mafia dispuesta a matar a toda la nación (…) para conservar su poder, su dinero y sus armas», denunció.
La justicia iraní ya ha dictado seis sentencias de muerte desde el comienzo de las manifestaciones a mediados de septiembre. Más de 2.000 personas han sido acusadas, según cifras oficiales.
Fuente; Télam