Una fiscal pidió hoy que un hombre sea condenado a prisión perpetua por el femicidio de su pareja Elizabeth Lorena Quilogran, cuyo cuerpo fue enterrado en la vivienda que compartían tras ser atacada con un hacha en mayo de 2020, en la localidad bonaerense de Ascensión, partido de General Arenales, informaron fuentes judiciales.
El pedido fue formulado por la fiscal Paola Luján ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Junín y recayó sobre Ramón Horacio Báez (51), quien en el inicio del juicio confesó haber cometido el hecho aunque dijo que enterró a la víctima «viva» porque creyó que ya la había matado.
Fuentes judiciales informaron a Télam que el acusado declaró en primer término ante los jueces Esteban Melilli, Karina Piegari y Silvio Galeano respecto al día del crimen cometido el 6 de mayo de 2020 en la localidad de Ascensión, a unos 275 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
El hombre, quien nunca había declarado durante todo el proceso, confesó en el juicio haber atacado con un hacha a Quilogran y que, al creerla fallecida, enterró su cuerpo en el patio de la vivienda.
Según las fuentes, Báez negó que haya habido situaciones de violencia previamente al hecho, aunque la fiscalía lo dio por acreditado durante la etapa de instrucción.
A raíz de su testimonio, la fiscal y el defensor oficial Leopoldo Singla acordaron desestimar a los testigos que iban a declarar en la audiencia y solo escucharon a la médica legista que realizó la autopsia.
En su alegato, Luján dio por probado que Báez asesinó con un hacha a la mujer para luego enterrarla, por lo que solicitó al TOC 1 la máxima pena por el delito de «homicidio triplemente calificado por haber existido una relación de pareja, por haber mediado violencia de género y por ensañamiento».
En tanto, el defensor consideró que se trató de una «tentativa de femicidio en concurso real con un homicidio culposo», al entender que el imputado la creyó muerta cuando estaba viva y planteó la inconstitucionalidad de la prisión perpetua.
La mujer había sido denunciada como desaparecida el 6 de mayo de 2020 por la mañana por un primo suyo que llamó a la comisaría de General Arenales y dijo que la familia no sabía nada de ella, tras lo cual aportó sus características físicas y la vestimenta que llevaba puesta.
Tras esa denuncia, los investigadores se entrevistaron con Báez, quien les explicó que él tampoco sabía de su concubina, que estaba desempleada, desde el martes a las 15.30, cuando salió a caminar como solía hacerlo y que no atendía su teléfono celular.
Según los voceros, efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) y de la Policía Rural, junto a personal de la comisaría de La Mujer de General Arenales, analizaron la activación de la antena del celular, se entrevistaron con vecinos y realizaron rastrillajes en caminos rurales hasta que llegaron a la casa que la mujer compartía Báez.
Mientras los policías realizaban una inspección en el lugar con la presencia de un ayudante fiscal de General Arenales, el hombre confesó que la había matado e indicó el lugar donde había enterrado el cuerpo, en un patio de la misma casa, añadieron las fuentes.
Ante esta situación, el ex fiscal de Junín Sergio Terrón se hizo presente en la escena del crimen junto a los peritos y ordenó la aprehensión de Báez, quien en la indagatoria se negó a declarar.
Las fuentes detallaron que tras cavar con una pala, los pesquisas hallaron a la víctima enterrada boca abajo, semi vestida, en un sector tapado con unas maderas.
Mientras que en el inmueble se secuestró un hacha con mango de goma que se estima fue la empleada para atacar a la mujer presuntamente por celos y un arma de fuego, añadieron los voceros.
En la autopsia se estableció que las heridas con entidad mortal fueron los profundos hachazos que la víctima presentaba en la cabeza, uno de ellos a la altura de la nuca; y que además había sufrido golpes de puño en el rostro.
A su vez, los pesquisas determinaron que Báez había sido denunciado en 2007 por violencia doméstica por una expareja.
Fuente: Télam