El presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió hoy a la Policía Nacional que retire a los efectivos más jóvenes de la institución de las zonas donde el conflicto armado es más agudo, después del ataque de ayer contra una patrulla en una zona rural del suroeste del país en el que murieron siete policías, tres de ellos de entre 18 y 20 años.
«Esos muchachos y muchachas no pueden estar en sitios de alto riesgo, donde se necesita capacidad, mucha más experiencia y más años», señaló Petro.
«Y en esa medida le he pedido al director general de la Policía que haga el balance y saque de ese tipo de zonas, del tránsito hacia esas zonas, a lo que hoy se denomina auxiliares de Policía», dijo el mandatario, en declaraciones recogidas por el diario local El Tiempo.
Por otra parte, consideró que «entre más se hable de paz, más se debe estar listos desde muchos puntos de vista», en relación a la política de «paz total» que quiere implementar su gobierno y que, según el presidente, sufrió un sabotaje con el atentado.
Petro también le pidió a la Policía estrechar las relaciones sociales con las comunidades afectadas por el conflicto para ejercer un trabajo conjunto de protección.
Además, les reiteró a las autoridades el llamado a avanzar con la investigación para dar con el paradero de los responsables, informó la agencia Sputnik.
El ataque ocurrió el viernes en una zona rural ubicada a más de dos horas de camino de Neiva, la ciudad más grande del departamento de Huila.
«Fue un atentado contra una patrulla policial, al parecer con explosivos y los ultimaron con disparos por arma de fuego», dijo a la agencia de noticias AFP una portavoz de la policía de esa región.
La patrulla estaba compuesta por 8 efectivos, pero uno de ellos sobrevivió al ataque, aunque permaneció incomunicado durante gran parte de la noche hasta que fue encontrado por las autoridades.
«La emboscada se da porque tenemos una curva de más o menos 90 grados donde obligatoriamente tenían que frenar la camioneta con personal en el platón. En una zona que, aunque no haya tenido hechos de sangre en los últimos tiempos, desde los acuerdos de paz, pues era una cuna de las FARC», manifestó Petro.
El incidente fue el más grave contra la fuerza pública desde que el jefe de Estado, el primero de izquierda en la historia de Colombia, asumió el cargo el 7 de agosto.
El mandatario avanza en la reactivación de los diálogos de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), interrumpidos en 2019 tras un ataque contra una escuela de policía que dejó 22 muertos además del agresor.
También propuso un cese del fuego «multilateral» con los disidentes del pacto de paz que desarmó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016 y los grupos armados del narcotráfico, como parte de una política de «paz total» para desactivar el conflicto armado de casi seis décadas.
Algunas facciones de las disidencias y bandas de narcos agrupadas en torno al poderoso Clan del Golfo se han mostrado abiertas a participar en la iniciativa, pero sin llegar a un acuerdo aún con el gobierno.
Fuente: Télam | El comercio