El ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que la deuda por US$ 45.000 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es «el principal problema» que heredó la actual administración nacional y que «acabar con la dependencia del FMI es un acto de soberanía».
Guzmán habló durante un acto en el Centro Cultural Kirchner y del cual participaron el exministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, y el economista y exministro de Conocimiento y Talento Humano del Ecuador, Andrés Arauz.
El jefe del Palacio de Hacienda recordó que el exdirector por Estados Unidos en el FMI y actual presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Mauricio Claver Carone, en aquel entonces, reconoció públicamente que aquel programa fue un «apoyo político» a la campaña electoral del expresidente Mauricio Macri cuando buscaba su reelección y que es «ahora el pueblo argentino el que lo está pagando».
«Lo que pasó con Juntos por el Cambio -afirmó Guzmán- desde su perspectiva no fue un error. Es una alianza, con parte del poder económico de la Argentina e internacional. La decisión de privilegiar a los acreedores privados en dólares cuando en el país ya no había ese dinero no es una error, es una elección, es privilegiar y elegir una alianza. Nosotros sí reestructuramos la deuda que era insostenible».
Sin embargo, sostuvo haber notado «en el diálogo con los inversores y con el poder financiero internacional» que ahora «dudan de cuanto les sirve este socio» debido a que quienes desde la Argentina han tomado los préstamos «han gobernado tan mal» que les hicieron «perder mucha plata».
«Por eso decimos (a parte del poder económico local) que tal vez podrían parar un poco con la catarsis y aceptar nuestra conducción, porque si cambiáramos la alianza y nos fortalecemos como estado nación nos va a ir mejor a todos dentro de la Argentina», apuntó el ministro.
Guzmán, en el marco de un panel titulado «Cómo salir de la trampa de la deuda eterna», sostuvo que «estamos tratando de refinanciar esa deuda en cuotas, de modo que no impida el desarrollo de las oportunidades de nuestro pueblo», ya que el crédito que le dio el FMI al gobierno de Macri «ahora el pueblo argentino (lo) está pagando con menos oportunidades de empleo y más inflación».
De hecho, insistió que el año que viene «no va a haber devaluación» del mismo modo que no la hubo el año pasado, a pesar de que muchos el año pasado decían que se venía una devaluación, ya que el Banco Central acumula reservas, hay superávit comercial y exportaciones en crecimiento.
«Acabar con la dependencia del FMI es un acto de soberanía. Que esté el FMI en la Argentina es un gran problema desde la construcción de la política económica desde la soberanía. Por eso negociamos una solución de una forma que ese principio sea absolutamente innegociable», señaló el ministro.
Durante su exposición, Guzmán recordó las dificultades que debió atravesar el Gobierno actual para alcanzar un acuerdo de reestructuración de deuda con los acreedores privados en 2020, dado que «cuando uno negocia con Wall Street está negociando con los acreedores más poderosos del mundo».
«Hay un campo muy complicado donde lo que abunda es el lobby y se ve todo el tiempo en la comunicación pública. Todo el mundo está empujando al acuerdo rápido a cualquier valor, que busca asustar y que contribuye a que los acuerdos no sean buenos», afirmó.
En ese sentido, dijo que gracias a resistir las presiones se pudo alcanzar un acuerdo «sano» para el país que le permitió ahorrar unos US$ 35.000 millones en el plazo de 10 años, además de un recorte de capital de casi el 2%.
De cara a lo que se está negociando con el organismo internacional, Guzmán aseveró que «el problema de la balanza de pagos hoy es el FMI y lo trajo Macri» y que, para saldar ese problema, «estamos buscando un acuerdo sobre nuestra programación económica».
«Buscamos un acuerdo que a la larga sea sostenible. Ahora, es tan grande la deuda que va a llevar distintos pasos poder ir resolviendo este problema», destacó.
Y se preguntó: «¿Se puede patear el tablero? ¿Decir la deuda se acabó, fuera el FMI? Hay que entender que el rival también juega y estamos hablando de una relación entre un Estado nación y el resto de los estados nación del mundo, de la integración de la Argentina al mundo, que favorezca las oportunidades de desarrollo de nuestra economía real».
«Un mal acuerdo, que socave las posibilidades del pueblo argentino y que le generen un problema de credibilidad al Estado sería lo que le pasó al gobierno de Juntos por el Cambio. Hubo tanto optimismo en 2016 en parte del mundo que después, con el colapso del modelo económico, la decepción fue proporcional al daño que le provocó al pueblo argentino», dijo Guzmán.
También pidió invertir el reclamo por el cierre del acuerdo y dijo que «quien se tiene que apurar es el FMI, para que acepte bajar los sobrecargos y que acepte nuestro programa económico».
«El punto de partida de nuestro programa -sostuvo- es que el problema es la restricción externa de divisas y que el Estado tiene que jugar un rol desde la estabilización macroeconómica, la política productiva y que conduzca a un proceso de articulación de reglas de juego que dé más previsibilidad a los sectores que tienen más capacidades de generar divisas en el país».
Sobre el cierre de su exposición, Guzmán recordó que «el Gobierno conduce pero es importante que los distintos sectores del poder económico acepten la premisa de nuestro gobierno de buscar un acuerdo que funcione, no cualquier acuerdo».
«Esto sólo puede lograrse con un proyecto que ponga al pueblo trabajador como protagonista. El único espacio político que ofrece esto es el nuestro, el del Frente de Todos», concluyó. Info: Télam