Visitamos al productor musical Victor Ríos, quien nos contó cómo es esto de pertenecer a la industria musical. En principio, vimos que Ríos vive rodeado de guitarras, consolas, discos y muchas carpetas con sueños y proyectos, en algunos casos propios y en otros, de jóvenes que ven en la música, un futuro. Una vez instalados, entre mates y llamadas de artistas y colegas, con quienes tiene una excelente relación, con quienes se junta a cenar periódicamente, el fundador de Soir Music repasa sus años en la industria con la humildad de quien sabe que «en la música nadie triunfa solo», como lo expresa en esta nota.
No fue fácil, pero si muy emocionante, «Empecé haciendo sonido en peñas y terminé trabajando en giras internacionales, pero siempre con los pies en la tierra», confiesa. Su trabajo como productor y representante ha sido un puente entre artistas consagrados y nuevos talentos. El productor recuerda con especial cariño su cercanía, ni más ni menos que a Mercedes Sosa: «Ella me enseñó que lo importante no son los reflectores, sino el mensaje que llevás al escenario».

Con el grupo «Los 4 de Córdoba» lleva una larga relación de amistad y trabajo, «Con ‘los 4’ me une una estrecha relación, de hecho los acompañé a Europa y a una infinidad de Festivales, donde fuimos forjando, no solo una forma de trabajo, sino un afecto que se fortalece con los años «, comenta mientras muestra fotos de sus giras. Ríos, mantiene una línea de conducta laboral, pero esto no le impide desarrollar amistades como la del grupo musical Destino San Javier, ganadores en el año 2019, de la Gaviota de Plata en Viña del Mar, interpretando la Zamba «Justo Ahora», escrita justamente, por la voz de los 4 de Córdoba, Victor Hugo Godoy.

Pero Ríos no solo trabaja con artistas consagrados. Su sello Soir Music, fundado en 2018, ha sido plataforma para jóvenes como Flor Fernández y Valentino Rivera. «Me gusta escuchar grabaciones caseras que me mandan, a veces encuentro diamantes en bruto», dice. Su método es sencillo: «Buena música, trabajo honesto y paciencia. Los algoritmos no reemplazan el oído entrenado», afirma, en clara referencia a las herramientas digitales que, según sus palabras «no reflejan el sentir del artista y el mensaje que este intenta dejar en cada interpretación».
A pesar de los muchos logros, evita dejar de pisar firme sobre la tierra, «No soy ningún salvador de artistas y mucho menos del folklore. Solo un tipo que ama la música y ayuda a que llegue a más oídos, y que los artistas puedan ser reconocidos y valorados», aclara y agrega «Sin ellos, interpretando poesías hechas canciones, momentos de la vida, la tristeza, la alegría o describir la mirada de un niño, la industria no existiría», afirma.
Hoy divide su tiempo entre la producción de nuevos materiales, la organización de festivales y charlas en centros culturales, donde intenta transmitir a los jóvenes el amor por la cultura popular y según asegura, aconsejarlos a que no decaigan ante las negativas «Ninguna puerta se abre al primer golpe», enfatiza.

¿Sus proyectos inmediatos? Un disco homenaje a Horacio Guarany, con quien también cultivó una relación y de quien aprendió mucho, no solo de la música, sino también de la historia del folklore. Además está preparando una gira por el país que combine artistas consagrados con noveles. «Así se mantiene viva la tradición», reflexiona mientras atiende otra llamada. De fondo suena una zamba, quizás el próximo éxito que ayudará a visibilizar y posicionar en el mundo de la música.
Redacción: Valen Goro – Diario de Punilla