El presidente Javier Milei y un gesto que hiere la vocación de servicio

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La reciente visita del presidente Javier Milei a las zonas afectadas por los devastadores incendios en Córdoba, dejó una marca de decepción en quienes, con mayor justicia, debían haber recibido su reconocimiento. Se trata de los hombres y mujeres que han estado luchando incansablemente durante más de una semana contra las llamas que han consumido más de 40 mil hectáreas en la provincia. Que se encontraban preparados para recibir al mandatario con los honores correspondientes a su investidura. Sin embargo, se llevaron la amarga sorpresa de que, a pesar de sobrevolar los focos y recorrer algunos de los sectores afectados, Milei no descendió del helicóptero ni se reunió con ellos.

Este gesto, o mejor dicho, la falta de él, no es solo una omisión protocolar, sino una clara falta de sensibilidad hacia quienes ponen en riesgo sus vidas diariamente para salvaguardar a las comunidades y el medio ambiente. La labor de los bomberos, especialmente en situaciones de emergencia como la que vive Córdoba, va más allá de apagar llamas, es un acto de vocación de servicio en su máxima expresión, uno que, por su heroísmo y entrega, merece un reconocimiento que no se limite a los recursos asignados ni a los números de personal desplegado.

Milei, acompañado por su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Defensa, Luis Petri, optó por no tener un encuentro personal con estos luchadores de la primera línea. La decisión genera interrogantes y deja una sensación de distancia entre el líder nacional y aquellos que hoy merecen más que nunca el apoyo moral de sus autoridades. En un contexto en el que la población demanda respuestas más firmes y cercanas, la oportunidad de estrechar manos con quienes están al frente del combate fue lamentablemente desperdiciada.

No es solo la ciudadanía la que espera empatía y cercanía de sus dirigentes en momentos críticos, sino también aquellos que, con uniforme y herramientas en mano, defienden el bienestar colectivo. Aun cuando el presidente supervisó las tareas desde el aire junto a sus funcionarios más cercanos, lo cierto es que en tierra quedaron las esperanzas de cientos de bomberos de recibir unas palabras de aliento o agradecimiento. Una visita simbólica que, de haberse concretado, hubiese fortalecido el vínculo entre la figura presidencial y los servidores públicos en este momento tan delicado que se vive en la provincia.

Las decisiones políticas no solo se miden por las grandes acciones, sino por los pequeños gestos. Y en este caso, la ausencia de Milei frente a quienes han dado todo en la batalla contra el fuego marca una distancia que, para muchos, es difícil de justificar. Los bomberos, que ya cuentan con la admiración y gratitud del pueblo, merecían mucho más que la indiferencia de quien tiene la responsabilidad de ser su mayor defensor.

No obstante una mirada política de la situación, nos lleva a reflexionar, que el actual presidente, quien ganó con el apoyo de casi una tercera parte de la población de Córdoba, olvidó ese espaldarazo, que lo colocó en el lugar que hoy ocupa, sin dudas, habrá un antes y un después en la relación de la gente con el mandatario libertario.

Redacción Diario de Punilla