Los restos de Santiago Aguilera Allende, el joven que apareció asesinado el último domingo tras permanecer secuestrado cinco días en el valle de Traslasierra, fueron inhumados hoy en el cementerio de la localidad cordobesa de Villa Las Rosas, mientras que familiares, amigos, compañeros de estudios y vecinos de la víctima marcharon en reclamo de justicia.
En tanto, Walter Gil (23), el único detenido por el caso se negó a declarar al ser indagado por el fiscal federal a cargo de la causa, Enrique Senestrari, y seguirá preso acusado de ser partícipe del delito de «secuestro extorsivo seguido de muerte».
Santiago (18) asistía al sexto año de la escuela de Villa Las Rosas, donde sus compañeros de estudios encabezaron esta tarde una marcha en reclamo de justicia que partió desde el colegio y finalizó en la Plaza San Martín de esa localidad, con el acompañamiento de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra para pedir justicia.
Los jóvenes de la primera línea de manifestantes que se trasladaron por las calles de esa localidad del departamento San Javier portaron carteles con leyendas como «De camino a casa queremos ser libres, no valientes» y «Ayer la consiga era aparición con vida de Santiago, hoy debe ser verdad y justicia por Santiago».
A su vez, los vecinos también se sumaron a la marcha y en silencio llegaron hasta la plaza pidieron donde exclamaron, a viva voz, «Justicia por Santiago» «Santiago presente», «basta de impunidad», «queremos respuestas», y emocionada la madre pidió: «Quiero justicia por mi hijo, por favor».
También estuvo presente Carlos Aguilera, padre de Santiago, quien dijo a la prensa: «Es una emoción que nos llena el alma ver el apoyo y la forma que ha sido querido nuestro hijos. Vemos muchos jóvenes y los padres que se han acercado a pedir justicia».
«Me ha sorprendido enormemente esta marcha, y ese silencio absoluto que se sentía, realmente gritaba justicia por Santiago. Hoy no tuvimos novedades, estuvimos en el sepelio, estamos a la espera que trabaje la justicia y que realmente encuentre a los culpables, ya que tanto daño que le hicieron a nuestro hijo queremos que pague para que desaparezca la peligrosidad en este valle que era tan tranquilo», indicó Aguilera.
Asimismo, destacó: «Ya veremos a quien designamos para que se constituya como abogado querellante. Todavía no volvimos a casa desde hace dos días».
Por su parte, el detenido Gil trabajaba para el padre de Aguilera en su corralón de materiales y el fiscal Senestrari investiga como hipótesis que pudo haber aportado datos sobre la víctima a posibles cómplices, ya que Santiago fue asesinado el sábado, cuando el acusado estaba detenido desde el jueves a la noche.
Más temprano se llevó a cabo la inhumación de los restos de Santiago en Villa Las Rosa, con la presencia de familiares, vecinos, amigos e integrantes de la comunidad educativa de la escuela a la que concurría la víctima.
Santiago fue visto con vida por última vez el martes de la semana pasada cuando salió de su casa en Las Tapias, vecina a Villa Las Rosas, para ir a tomar una gaseosa con un amigo.
Tras su desaparición, la familia recibió al día siguiente un mensaje extorsivo en el que le exigieron 7 millones de pesos a cambio de liberar al joven.
«Lamentablemente tenemos a Santiago secuestrado. Te tenemos observado, te estamos siguiendo. Estuviste haciendo un trámite en una aseguradora. No avises a la policía», contó Aguilera sobre el mensaje extorsivo.
Además del rescate se indicó que a las 9 de la mañana siguiente habría un nuevo contacto, aunque eso no ocurrió.
Los padres realizaron la denuncia y a partir de entonces se montó un operativo de búsqueda, al tiempo que la justicia federal se hizo cargo de la causa a partir de la hipótesis de un «secuestro extorsivo».
Entre sus primeras medidas el fiscal Senestrari gestionó que el Ministerio de Seguridad de la Nación dispusiera de una recompensa de tres millones de pesos por datos concretos sobre Santiago.
Finalmente, el domingo pasado por la mañana el joven fue encontrado asesinado de múltiples heridas punzantes en cuello y cabeza, a unos 200 metros del Arroyo Seco, en camino Boca del Río, de San Javier.
«No encuentro el sentido, por qué matarlo de esa manera», son «animales enfermos», remarcó el padre del joven, quien recordó que «los que lo mataron están libres» en referencia a que Gil estaba preso cuando asesinaron a su hijo.
Fuente: Télam Fotos: Laura Lescano