El futuro de los trabajadores de Parques Nacionales se encuentra en riesgo inminente debido a la finalización de contratos, dejando en la incertidumbre la protección de 55 áreas naturales protegidas en el país.
El 31 de marzo se aproxima como una fecha ominosa para el personal de los Parques Nacionales de nuestro país. Según una nota publicada por Miriam Campos en el diario La Nueva Mañana el pasado sábado 23, el 50% de los trabajadores de estas áreas naturales se enfrenta a la posibilidad de quedar desempleados tras la finalización de sus contratos, en virtud del famoso Mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por el presidente Javier Milei.
Este contexto de incertidumbre laboral ha desatado alarmas entre los defensores de la conservación ambiental, quienes temen por el futuro de las 55 áreas protegidas que existen en el país. Según Gabriel Brizuela, guardaparque con 17 años de experiencia y delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la situación es crítica y refleja un retroceso en los avances logrados en materia de estabilidad laboral en los últimos años.
En la provincia de Córdoba, la situación es particularmente preocupante, ya que los tres parques nacionales (Traslasierra, Quebrada del Condorito y Parque Nacional y Reserva Ansenuza) se ven afectados por la misma problemática. Actualmente, el 60% del personal se encuentra bajo condiciones contractuales precarias, lo que pone en riesgo no solo la estabilidad laboral de los trabajadores, sino también la conservación de estas áreas naturales de vital importancia.
El panorama se agrava por el congelamiento del presupuesto de los Parques Nacionales a partir de enero de 2023, lo que limita aún más las posibilidades de operatividad de estas áreas a largo plazo. Se estima que unos 1.100 trabajadores podrían quedar desempleados si se concreta la medida presidencial, lo que representaría un duro golpe para la protección del patrimonio natural del país.
Los Parques Nacionales no solo son hogar de una rica biodiversidad, sino que también cumplen un papel fundamental en la preservación de ecosistemas clave para la captación de agua y la protección del medio ambiente. Ante la amenaza de desmantelamiento y el avance sobre estos territorios, los trabajadores se ven obligados a alzar la voz en defensa de la conservación y la soberanía nacional sobre estos espacios.
El interés económico y político en desmantelar los Parques Nacionales pone en peligro no solo la biodiversidad, sino también el acceso a recursos naturales y el equilibrio ecológico necesario para garantizar la vida en el planeta.
En este sentido, los defensores de la conservación exigen que estas áreas permanezcan bajo la protección del Estado y que se garantice la continuidad de las políticas destinadas a su preservación, más allá de los cambios de gobierno y los intereses particulares.
Gonzalo Goro – Diario de Punilla | Fuente: LNM