El cohete de propulsión Super Heavy Booster 7 de la empresas SpaceX propiedad del magnate Elon Musk, estalló durante los ensayos en Boca Chica, Texas, Estados Unidos, lo que demora aun más el lanzamiento del Starship, informó hoy la empresa en su cuenta oficial de Twitter.
El sistema de Starship fue elegido por la NASA para que sea el primer módulo de aterrizaje humano de Artemis, el programa de exploración lunar que desarrolló la agencia espacial.
«Se confirma que los daños en el #SuperHeavy B7 han sido menores después del estallido ocurrido y será retirado al High Bay para inspeccionar sus 33 motores #Raptor2. El vuelo orbital podría ocurrir tan pronto como el próximo mes», escribió Elon Musk en su cuenta de Twitter.
La explosión ocurrió «durante la prueba criogénica del Super Heavy y ha sido más violento de lo esperado, equipos de SpaceX están inspeccionando los daños. No ha sido algo bueno o inocuo», indicó la empresa
Musk habló del riesgo de explosión por pequeños escapes de combustible y afirmó que si todo va bien, «el lanzamiento de Starship está planeado para dentro de un mes en adelante».
Un video muestra el estallido durante las pruebas, que desencadenó una fuerte llamarada y una columna de humo. El hecho ocurrió el lunes y el propio Musk se apersonó en la base para evaluar los daños.
Está previsto que, cuando sea lanzado, el propulsor Super Heavy caiga en el Golfo de México o intente aterrizar de nuevo, según un documento de la Comisión Federal de Comunicaciones.
Al momento de entrar en órbita se espera que Starship llegue a los 250 kilómetros de altura antes de hacer un «aterrizaje dirigido y motorizado» en el Océano Pacífico, al norte de Hawaii.
Uno de los módulos ya completó el aterrizaje en 2021. La idea es que Starship pueda llevar personas a la Luna y Marte, entre otros destinos. A partir de 2025 se estima que la NASA coloque astronautas usando Starship.