En charla telefónica, con personal de la base del Cerro, confirmaron la noticia que están bien y bajaron por sus propios medios. Aunque aclararon que no se perdieron ascendiendo al Cerro, sino caminando hacia Alazanes
Mauricio Castro, el responsable de recibir en la base a los turistas perdidos, informó al Diario de Punilla, que los jóvenes, alrededor de las 7 y 20 de la mañana, se llegaron al lugar, luego de permanecer toda la noche en vela, buscando orientarse para llegar a la base.
Según el relato de Nahuel y Domique, los jóvenes perdidos, contaron que en la tarde noche de ayer, luego de tomar unos mates en la base del Cerro, comenzaron a caminar hacia las Ollas del Río Calabalumba, y que al emprender la vuelta, terminaron en el camino que lleva a Los Alazanes, por lo que, desorientados, caminaron sin rumbo.
Una vez que encontraron la forma de ubicarse para descender hacia la base, caminaron incesantemente, hasta pasadas las 7 am, cuando llegaron a la base del cerro, donde fueron recibidos por Mauricio Castro, quien de inmediato les ofreció comida y bebida ya que los jóvenes bajaron «con mucha hambre», manifestó Castro.
Castro, aclaró además, que si bien la gente asocia cualquier desaparición de persona con el Cerro Uritorco, la realidad indica que «quienes se pierden, por lo general, no lo hacen en el recorrido turístico que ofrece el Cerro Uritorco, donde hay guías durante todo el recorrido que ascienden y descienden constantemente, sino que lo hacen en el camino a Huertas Malas o al Dique Los Alazanes, donde no hay control de ningún tipo».
Alazanes y Huertas Malas sin control
Ante la consulta sobre qué consecuencias puede tener la falta de control, Castro asegura que «las personas, mas allá de perderse, no saben como comportarse en ese entorno natural«, y por ejemplo ante la baja de temperatura en la noche, «pueden encender un fuego, cosa que está prohibida, por las terribles consecuencias que puede traer y que ya vivimos en la región con incendios forestales devastadores», y agrega que «tambien en el plano de la seguridad de las personas, al no haber control, es muy peligroso porque uno se puede topar con personas con malas intenciones y allá arriba no hay a quien pedirle ayuda».
Redacción Diario de Punilla | Gonzalo Goro