«Las Fuerzas del Cielo»: el peligroso avance de discursos que amenazan la democracia

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La presentación por parte de Daniel Parisini, mas conocido como el «Gordo Dan», de «Las Fuerzas del Cielo», una agrupación de jóvenes libertarios que busca posicionarse como «el brazo armado» del presidente Javier Milei, encendió las alarmas en sectores comprometidos con la defensa de la democracia. Este evento, realizado en la Sociedad Italiana de San Miguel, no solo recuperó una estética fascista que recuerda al Partido Nacional Fascista de los años 30, sino que también puso en evidencia los riesgos que implican estas expresiones en el contexto político actual.

Con no más de un centenar de asistentes, mayormente varones menores de 30 años, la reunión estuvo cargada de simbolismos que evocan una época oscura y autoritaria de la historia mundial. Bajo el lema «Argentina será el faro que ilumina el mundo», la escenografía exaltó conceptos como «Dios», «patria» y «familia», utilizados como banderas de un discurso que amenaza con socavar derechos y libertades conquistados por los argentinos en décadas de lucha.

Declaraciones que preocupan

El acto tuvo como figura central al mencionado Parisini, reconocido públicamente como «el Gordo Dan», quien afirmó sin rodeos que su objetivo es convertir a «Las Fuerzas del Cielo» en el «brazo armado de Javier Milei». Aunque al momento su accionar parecía limitarse a campañas virtuales de hostigamiento contra opositores, la retórica utilizada deja entrever una peligrosa escalada.

El evento también contó con la presencia de Agustín Romo, diputado bonaerense de La Libertad Avanza, quien busca consolidar su influencia en San Miguel, y de Agustín Laje, figura central del sector antiderechos. Ambos reforzaron discursos que promueven la confrontación y que minimizan las consecuencias de las políticas neoliberales, incluso en países vecinos como Chile.

Una democracia en riesgo

La normalización de discursos que exaltan la violencia y que buscan eliminar la diversidad de voces en el debate público representa una seria amenaza para la democracia. Este tipo de expresiones, que remiten a un pasado autoritario, contradicen los principios fundamentales por los que miles de argentinos y argentinas lucharon y dieron su vida.

Es preocupante que figuras cercanas al poder político, como Romo o Laje, no solo legitimen estos discursos, sino que los utilicen como herramientas para avanzar en una agenda política. En un contexto donde la polarización crece y el ambiente social se vuelve cada vez más tenso, estas acciones no solo dividen, sino que siembran el miedo y la incertidumbre.

Un llamado a la reflexión

En tiempos donde los derechos y las libertades deben ser defendidos con más fuerza que nunca, la sociedad argentina enfrenta el desafío de impedir que estas narrativas ganen terreno. Es imprescindible recordar que la democracia no se construye desde la violencia ni desde el autoritarismo, sino desde el respeto, el diálogo y la inclusión.

La historia nos ha enseñado que ignorar señales de este tipo puede tener consecuencias catastróficas. Proteger la democracia es una responsabilidad colectiva, y no podemos permitir que el odio y la intolerancia prevalezcan sobre los valores de libertad y justicia que tanto costaron conseguir.

Diario de Punilla | Fuente: P12