El gobierno francés cumplió hoy sus advertencias e impuso la vuelta al trabajo del personal indispensable en un depósito de la firma Esso-ExxonMobil en huelga, en una medida que busca revertir el desabastecimiento de combustible que existe en el país desde hace días.
La requisa de personal es «indispensable para el funcionamiento» del depósito de la refinería de Esso-ExxonMobil de Gravenchon-Port-Jérôme (norte del país) y «empezará hoy», indicó a la agencia de noticias AFP el Ministerio de Transición Energética.
Los trabajadores decidieron en las últimas horas prolongar el paro en esta refinería, una de los dos de Esso-ExxonMobil en huelga desde hace más de dos semanas y que también afecta a otras cuatro que pertenecen a la empresa TotalEnergies. Solo una de las siete refinerías en Francia funciona con normalidad.
Casi el 30% de las estaciones de servicio carecían ayer de algún combustible en Francia y, en aquellas que todavía tenían gasolina o diésel, los automovilistas tenían que hacer largas colas para cargar
Las autoridades decidieron intervenir ya en el depósito Esso-ExxonMobil, ya que la dirección llegó a un acuerdo salarial con una mayoría sindical, que los gremios que sostienen la huelga, FO y CGT, consideran insuficiente.
La CGT de TotalEnergies reclama en este caso un aumento salarial del 10% en 2022 –7% por la inflación y 3% por el reparto de la riqueza–, pero la dirección de esta empresa está abierta a negociar solo el salario de 2023.
Aunque en los últimos días el gobierno de Emmanuel Macron se limitó a llamar al diálogo, finalmente ayer decidió amenazar con intervenir en un momento en que se encuentra bajo presión, sobre todo por parte de la oposición.
La extrema derecha y la derecha cargan contra la «falta de anticipación» del gobierno y llaman a que actúe, mientras que, en un contexto de inflación, la izquierda critica las «amenazas a los trabajadores» y «las caricias a los jefes».
Además de la inflación, el contexto es delicado en Francia con los llamados a ahorrar electricidad y gas por la guerra en Ucrania para evitar cortes durante el inminente invierno y con el tenso clima social con los sindicatos.