Por Nicolás Roggero | Telam
El fútbol argentino atravesó en las últimas semanas el peor momento en materia sanitaria desde su regreso a los entrenamientos, en agosto de 2020, frente a los brotes de coronavirus que explotaron en diferentes planteles, lo que derivó en el regreso de los protocolos de la Fase 1 con el objetivo de frenar los contagios.
La decisión de la dirigencia, con Claudio Tapia a la cabeza en las oficinas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), fue unánime: la actividad continuará hasta que se frene desde una instancia superior (gubernamental) o por una situación extremadamente límite.
Mientras tanto, la estrategia consistirá en reajustar distintos aspectos que se perdieron con la relajación de los protagonistas -la misma que se observó en muchos otros sectores de la sociedad- y derivó en más de 100 casos en el fútbol en apenas una semana.
Los dirigentes se reunieron el martes pasado para determinar que los futbolistas no se concentrarán en la previas de los partidos, o que lo harán por corto plazo si la distancia geográfica así lo impone, y que llegarán a los estadios divididos en al menos dos micros. En cuanto a los entrenamientos, deberán ir en sus autos particulares y sin acompañante, no se podrán cambiar, ni bañar en los vestuarios.
Las medidas y la continuidad de la actividad se basan en dos cuestiones: el calendario acotado por la Copa América Argentina-Colombia, entre junio y julio, y la presión de los dueños de los derechos televisivos (Disney-ESPN y TNT).
El calendario es irreversible, la Copa América se tiene que desarrollar y el campeonato de la Copa de la Liga deberá terminar en los plazos estipulados para ceder a los futbolistas convocados para las selecciones nacionales.
Y la lucha con la TV parece estar delineada, ya que las empresas norteamericanas no quieren abonar a cambio de nada, como sucedió en gran parte del año pasado. A eso se le sumó que ESPN liberó dos partidos por fecha tras una negociación con el Gobierno Nacional, que mira con desconfianza al propio Tapia.
El golpe económico que padecerían los equipos de la Liga Profesional ante un parate sería «difícil de levantar», le señalaron a Télam fuentes diversas. Ese aspecto le cierra la puerta a una suspensión en lo inmediato, salvo que las autoridades gubernamentales lo resuelvan por una situación de fuerza mayor.
Por eso no alcanzaron los casi 130 contagios en el campeonato para frenar la actividad, con Sarmiento de Junín (12 futbolistas y ocho del cuerpo técnico), Independiente (11 y dos), Banfield (22) y Gimnasia y Esgrima de La Plata (18 jugadores), Huracán (12 y su DT Frank Kudelka) como principales exponentes. Fueron solamente siete equipos los que no padecieron alguna baja por Covid-19 desde mediados de febrero.
La magnitud de la crisis sanitaria en el fútbol fue tal, por caso, que Sarmiento salió a la cancha con su entrenador, Mario Sciacqua internado y Patronato de Paraná lo hizo pese al fallecimiento de su presidente, Miguel Hollman, por la pandemia.
«Hubo una pequeña relajación de los protocolos de los ámbitos del fútbol, pero eso tiene que ver más que nada con una relajación social», dijo el doctor Donato Villani, encargado de la salud en AFA, en diálogo con Télam Radio.
«Por ahí un jugador cumple con el protocolo en el club, pero después va a la casa y vuelven los chicos del colegio, o alguien de la familia va al supermercado, o se juntan a comer un asado con los amigos… Eso es lo que pasó», agregó el médico.
De esta manera, lejos quedaron los deseos de los hinchas de regresar en el corto plazo a las canchas y la prueba piloto que se pensaba antes de la Copa América, que comenzará el 13 de junio con Argentina-Chile en el estadio Monumental.
Las autoridades de la Conmebol y el gobierno argentino monitorean periódicamente el estado de la organización del torneo, que de momento no corre riesgo de concreción, pero que complica la expectativa de jugar los partidos con un aforo limitado en los estadios, admitieron a Télam fuentes oficiales.
Si bien dependerá de la situación sanitaria en Argentina, la postura de la entidad que conduce el paraguayo Alejandro Domínguez se mantiene firme: contar con al menos un 30 por ciento de asistencia en los estadios.