En un fallo histórico, la justicia de Brasil declaró la culpabilidad del actor Juan Darthés en el juicio por violencia sexual contra Thelma Fardin. Así, los jueces del Tribunal Federal de Segunda Instancia enviaron un claro y poderoso mensaje de justicia no solo para la actriz, sino para todas las víctimas de violencia sexual. Desde Amnistía Internacional reconocieron que esta decisión es un paso firme en la construcción de una justicia que condena la violencia sexual hacia las infancias y la violencia de género, y, con ello, una señal para las niñas y mujeres de Latinoamérica de que pueden confiar en el sistema de administración de justicia y animarse a denunciar.
“Nunca busqué venganza o una represalia. Lo que me propuse fue reencontrarme con esa niña de 16 años que fui y darle algún tipo de reparación; poder mirar a los ojos a las hijas de mis amigas y decirles que hice todo lo posible para abrir el camino a un futuro más justo para las niñas y adolescentes», señaló en conferencia de prensa Thelma Fardin. En el encuentro con los medios, que se desarrolló en Amnistía Internacional, la actriz estuvo acompañada por Paola García Rey, directora adjunta de la organización y sus abogados Martín Arias Duval y Carla Junqueira.
Para decidir de esta manera, la justicia brasileña ponderó los estándares internacionales de derechos humanos que establecen la forma en la que deben ser investigados los casos de violencia sexual, especialmente en lo que respecta a la valoración del testimonio de la víctima y el respeto al tiempo necesario para denunciar estos hechos. Así, otorgaron valor al relato de Thelma, que fue respaldado por numerosa prueba testimonial y pericial que acreditó la violencia sexual.
Con frecuencia, los abusos sexuales ocurren en secreto y las víctimas se animan a romper el silencio años después. Su principal prueba es su voz, por lo que el respeto a sus tiempos y la credibilidad en su palabra son esenciales. Por ello, la sentencia de los jueces representa un avance significativo en la lucha por los derechos de las víctimas de violencia sexual y de género.
“Thelma fue víctima no solo de la situación de abuso que vivió, sino que desde que se animó a denunciar, fue objeto de una campaña de violencia, hostigamiento y odio. Cada vez que estábamos próximos a recibir una decisión dentro del trámite judicial, una ola de acoso plagaba las redes. Esta decisión judicial también representa un respaldo y apoyo contra la ola de desprestigio y violencia en los años de lucha que lideró la actriz y un mensaje de condena contra la impunidad en casos de violencia sexual”, sostuvo Paola García Rey, directora adjunta de Amnistía Internacional Argentina.
«Recibí incontables ataques. Han dicho que lo hacía por la fama. Y no claudiqué gracias a todo el apoyo que también recibí. Somos millones las y los que decimos ‘No nos callamos más'», subrayó Thelma.
“El caso de Thelma Fardin nos permitió comprender la importancia de la colaboración internacional en la investigación de delitos graves. Estamos acostumbrados a ver casos de cooperación internacional en delitos de narcocriminalidad y es inédito que tres Ministerios Públicos Fiscales, el de Nicaragua, Brasil y Argentina, hayan colaborado recíprocamente para llevar a juicio un caso como el de Thelma”, sostuvo Martín Arias Duval, abogado de Thelma en Argentina.
“En este tipo de delitos es trascendental el relato de la víctima, que no solo tiene que ser valorado teniendo en consideración la naturaleza de este tipo de delitos, sino también a la luz del derecho internacional y de convenciones que tanto Brasil como Argentina han suscripto y cuya aplicación es obligatoria, como la Convención Belem do Pará, que tienen que romper con prácticas y estereotipos que por años rigieron los sistemas de administración de justicia en nuestros países. Su palabra y el enorme acervo probatorio hicieron posible esta sentencia histórica”, señaló Carla Junqueira, su abogada ante la justicia de Brasil.
El movimiento de mujeres en la región fue abriendo las puertas y marcando el camino para que hoy no nos callemos más. En los últimos años, la reivindicación de los derechos humanos de las mujeres, de la mano del #NiUnaMenos, #MeToo, #SheDecides, #MiráComoNosPonemos, entre otras, ha sido trascendental en la lucha para erradicar la violencia de género. Por eso esta es una victoria para el colectivo de mujeres y las diversidades por una vida en condiciones de igualdad y libres de violencia.
Bajo índice de condenas y justicia con las víctimas de violencia sexual
La relevancia que le ha dado la justicia Brasileña, a la lucha contra la violencia de género, se contrapone con los bajos índices de persecución y juzgamiento que se registran históricamente en la región en general.
Según Amnistía Internacional, en Argentina, y con base en los datos de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), solo el 15,5% de denuncias por delitos contra la integridad sexual llega a sentencias condenatorias. Este patrón se reitera en otros países de la región. En Chile y Ecuador menos del 4% de las denuncias llegan a condena y en Guatemala y Brasil, la tasa de condena por violación sexual es solo del 1%.
Políticas del Gobierno Argentino, que Desamparan a las Víctimas
A pesar de estos avances, las recientes políticas implementadas por el gobierno de Javier Milei han generado una profunda preocupación en la lucha contra la violencia de género. La eliminación del Ministerio de la Mujer y el cierre del Comité de Lucha contra la Trata, que fuera presidido por Gustavo Vera, son decisiones que desamparan a las víctimas no solo de abuso sexual, sino también de trata. Bajo la dirección de Vera, el Comité recibió numerosos reconocimientos por parte de organismos internacionales debido a su labor ejemplar en la protección y asistencia a las víctimas.
El cierre de estos organismos representa un retroceso significativo en la protección de los derechos humanos y envía un mensaje preocupante sobre las prioridades del gobierno actual. La labor del Comité de Lucha contra la Trata, en particular, había sido fundamental para ofrecer apoyo integral a las víctimas y promover una cooperación internacional efectiva en la persecución de los tratantes.
En este tipo de casos, la justicia debe ser accesible y efectiva para todas las víctimas, independientemente del contexto político. El fallo histórico en el caso de Thelma Fardin reafirma la importancia de mantener y fortalecer las instituciones dedicadas a la protección de las víctimas de violencia de género. Las políticas públicas deben orientarse a consolidar estos logros y asegurar que ninguna persona sea dejada atrás en la búsqueda de justicia.
Gonzalo Goro – Diario de Punilla | Fuente: Amnistía Internacional