La provincia mesopotámica sumó 40.000 hectáreas más al Parque Iberá, con lo que esa área protegida provincial tendrá ahora 600.000 hectáreas para la protección de humedales, montes y vida silvestre, resguardados bajo la categoría de conservación más efectiva, informó la Fundación Rewilding Argentina.
La entidad destacó que el Parque Iberá «es un ejemplo de protección y restauración de ecosistemas naturales y marca el rumbo de los esfuerzos globales que deben realizarse para proteger el 30% del planeta para el 2030 y hacer frente a las crisis climática y de pérdida de biodiversidad que asedian el planeta»
El Parque reúne un área protegida nacional creada en 2018 –sobre tierras donadas por Tompkins Conservation y Fundación Rewilding Argentina– y un área protegida provincial, cubriendo más de 750 mil hectáreas en el mayor parque natural de la Argentina.
Esta gran llanura subtropical alberga el humedal o estero, alrededor del cual conviven variados ambientes como la selva paranaense, el monte chaqueño, los pastizales abiertos y el espinal.
Además «es el escenario en donde el Gobierno de Corrientes, la Administración de Parques Nacionales y Fundación Rewilding Argentina están trayendo de vuelta al yaguareté» y alberga «la mayor población mundial del amenazado yetapá de collar, y la segunda mayor del ciervo de los pantanos».
La Fundación destacó que «con más de 40 mil visitantes al año, que impactan en la economía de más de 100 mil habitantes, el caso de protección y restauración del ecosistema llevado adelante en Iberá es ejemplo en el mundo del modelo de Producción de Naturaleza».
Fuegos recurrentes
Los fuegos son un componente natural importante en la dinámica de los pastizales del Iberá. En la actualidad es necesario recrear estas dinámicas, respetando los tiempos en los que ocurren naturalmente para permitir la recuperación de estos pastizales, eliminando la materia seca acumulada y los arbustos, que dejan poco espacio para los nuevos brotes.
Sin embargo, en el afán de obtener pastos tiernos todos los años, los campos suelen quemarse con demasiada frecuencia (con lo cual los ambientes naturales pierden la capacidad de recuperarse) o durante la época de reproducción de la fauna (provocando la pérdida de nidadas y crías).
En los campos de la Fundación realizamos quemas prescriptas teniendo en cuenta los tiempos naturales de recuperación de los pastizales quemados y la época de reproducción de las especies de flora y fauna que en ellos se desarrollan. El fuego es una necesidad para la conservación de la naturaleza y la ganadería; manejarlo con responsabilidad evitará que se convierta en un conflicto entre diferentes tipos de producción e intereses.
Info: Télam | Imágenes e info especializada Fundación rewilding argentina