Una impactante presencia de ballenas se registra en los golfos que rodean a Península Valdés, sobre el extremo noreste del Chubut, por la aparición en simultáneo de grupos de cópula, ballenas con crías y machos solitarios.
«Durante los meses de julio, agosto y septiembre es el momento en que se producen la mayoría de los partos y por eso se ve por estos días tanta presencia de muchas madres con crías recién nacidas, otras con uno o dos meses y muchos grupos de cópula», explicó a Télam el director científico del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Mariano Sironi.
Se define como «grupo de cópula» a un clan de 2 o más machos intentando servir a una ballena que, de tener éxito, será madre el año próximo.
Los especialistas estiman que esta realidad es el resultado de las medidas de protección de la especie «ballena Franca Austral» (Eubalaena australis).
Por eso la presencia de estos cetáceos se hace año a año más visible no solo en los golfos internos de la península sino en una extensión de casi 700 kilómetros de costa que van desde la desembocadura del río Chubut hasta la zona sur de Río Negro, pasando por el contorno de los golfos internos de Península Valdés.
«Incluso el avistamiento de ballenas en la provincia de Buenos Aires, frente a Necochea, se explica por el mismo fenómeno de una población que crece y se expande en todo el litoral marítimo», interpretan los especialistas.
El año pasado el ICB registró 1420 ballenas durante el relevamiento anual de foto-identificación en Península Valdés, entre el 31 de agosto y 2 de septiembre del 2022, el máximo número de individuos observados en 51 años de estudios.
Sin embargo a julio de este año el mismo relevamiento había reportado ya 1237 ejemplares, es decir 206 más que en igual período del año pasado.
Los operadores del ICB aclaran que el relevamiento no es un censo de población aunque es un valioso indicador que esperan mejorar con la incorporación de drones.