El canciller Felipe Solá presentó ante 64 cámaras empresariales el informe: “Mercados Agroalimentarios. Relevamiento de Oportunidades”.
El ministro explicó que el trabajo es producto de un relevamiento realizado por las distintas representaciones diplomáticas de la Cancillería argentina buscando oportunidades comerciales para las exportaciones en el marco de la pandemia Covid-19.
Solá dijo en la reunión, que se celebró por teleconferencia, que fueron relevados en total 93 mercados. De ellos en esta primera etapa la Cancillería marcó como prioritarios 62 mercados en 10 regiones. A su vez para cada mercado destacado en esta primera etapa se anexó una priorización de hasta 5 productos que tienen potencial exportable.
“Esta crisis sanitaria afectó la producción y el consumo de alimentos, y eso conlleva problemas y oportunidades”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. “Acá estamos destacando las oportunidades.”
“Queremos ir por mucho más”, dijo Solá, y dio un ejemplo ya existente. “En la Argentina existe el proyecto de Vaca Muerta. Si el criterio con que se encaró Vaca Muerta fue ‘hagamos todo lo necesario para que esto se dé’, ¿por qué no tener ese mismo criterio hacia el aumento de exportación de productos agroindustriales?” Solá detalló que podría tratarse de “los productos básicos, agrícolas, anuales o cultivos perennes, agroindustria, etcétera, unido a todo lo que tenemos nosotros como inteligencia para exportar, que es muy grande”.
Pidió el canciller “salir de la cuestión de si algo tiene o no valor agregado: los productos primarios tienen enorme valor agregado, tienen genética, inteligencia, agrónomos, industria química…”.
Y añadió: “El problema no es si tienen no valor agregado, si son industria o no. El problema es que son los de más bajo valor. Hay mucho valor agregado pero un valor bajo. Entonces tenemos que avanzar hacia productos de mayor valor. Con este criterio por qué no pensar que si hubo una Vaca Muerta puede haber una vaca viva que exporte grano de maíz o carne porcina o aviar, solo por dar ejemplos. Hay que partir de un cambio de mentalidad para que las exportaciones argentinas de origen agroindustrial exploten”.
La mayoría de las oportunidades a explorar corresponden a cereales y oleaginosas, aceites vegetales (soja, girasol, oliva), carnes (bovina, aviar, porcina), frutas frescas, frutos secos, productos de la pesca, lácteos (leche, leche en polvo, quesos), harinas, vinos, yerba mate, golosinas y preparaciones alimenticias.
“Este es el primero de los encuentros que nosotros tenemos previstos alrededor del incremento de las exportaciones de origen agroindustrial”, dijo el canciller. Mencionó que “hay una serie de decisiones institucionales que vendrán y serán motivo de otras reuniones, y en algunas queremos que esté el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, que está entusiasmado con este trabajo y con una ampliación concreta de las oportunidades para las exportaciones”.
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, dijo que “la idea es mantener este diálogo abierto y producir resultados, porque el país necesita divisas sobre todo en un contexto internacional de alta incertidumbre y de caída de la demanda”. Señaló Neme que “no obstante, este sector se puede defender bien y por eso este trabajo nos va a ayudar para dar una perspectiva de cómo está la demanda mundial al día de hoy y de qué manera podemos trabajar juntos para poder incrementar el nivel de nuestras exportaciones”.
Para Neme los retos consisten en buscar el modo de “agregar mayor valor, conseguir mayores precios del producto, diversificar nuestra oferta exportadora, que es un gran tema, porque nosotros no tenemos una nave insignia de las exportaciones”.
“La soja ha dado lo que da pero la Argentina y la soja no es como Arabia Saudita y el petróleo ni como Alemania y su industria de bienes de capital”, dijo Neme.