El actor y músico Benjamín Amadeo está haciendo girar el repertorio de su segundo y más reciente disco «Quiromancia» con una serie de recitales que mañana lo llevará al Auditorio Oeste de la localidad bonaerense de Haedo y que en octubre llegará a la ciudad de Mar del Plata y al porteño Teatro Vorterix.
«Lo que más disfruto es ver cómo cada vez más gente va a los conciertos. Y esto se ve cuando volvés a las ciudades en las que antes estuviste y hay gente que quiere venir a celebrar las canciones y esa es una manera de reconocer mi trabajo, que es de lo único que presumo, que trabajo mucho para promocionar las canciones. Estoy muy abocado a que el proyecto crezca», resalta Amadeo en charla con Télam.
El artista que musicalmente cultiva el pop romántico, viene de tocar en Neuquén, Montevideo y Chile y el sábado 29 de octubre se encontrará con su público porteño por única vez en el año en el Teatro Vorterix, donde, promete, además estrenará algunas canciones nuevas.
«Por ahora -adelanta al respecto- lo que estoy haciendo tiene que ver con sonidos musicales más acústicos. Me gustaría hacer algo bien despojado de temática, para probar otra cosa. Estoy apenas empezando con los demos, no tengo claro nada. Me estoy poniendo como objetivo el tocar en la gira temas nuevos. Pero no sería un disco con el nivel de concepto como ‘Quiromancia'».
Sobre el álbum publicado el año pasado que continuó a su debut con «Vida lejana», repasa que «mientras estaba empezando a escribir las nuevas canciones y melodías, me llegó un librito que se llama ‘Los secretos de la quiromancia’, que es bastante didáctico y cuenta de qué se trata el tema, que yo sabía que existía pero ni siquiera conocía el nombre».
Adentrándose en la actividad pseudocientífica de la «lectura de palmas», el intérprete que desde hace dos décadas trabaja en televisión, señala: «Tratando de aprender de qué se trataba ese universo, descubrí que los montes de la mano se reconocían para la lectura, y se me ocurrió armar el disco en base a que cada canción esté guiada, basada e inspirada directamente en cada línea y cada monte de la mano, que, si agarrás las principales, son cinco líneas y siete montes».
Télam: Te ayudó entonces para organizar el disco…
Benjamín Amadeo: A veces siento que la sobreinformación y la sobrestimulación que tenemos hoy en día te hace quizá abarcar mucho o perder foco a la hora de querer reflexionar sobre las cosas que pasan. Me ayudó ponerme esas temáticas en cada canción, entonces se empezó a armar y después de que me di cuenta que me estaba sirviendo para bajar ideas, profundicé y aceleré ese proceso y me gustó mucho hacerlo. Porque eventualmente son temáticas o aspectos que se describen de la personalidad en cada línea y en cada monte, que tiene que ver con las cosas de las que me interesa hablar a mí. Fue un poco antes de la pandemia y el parate me sirvió para tomarme más tiempo para perfeccionar el concepto.
T: ¿Qué estás escuchando en la actualidad y qué artistas te influyeron fuera de los últimos tiempos?
BA: «Tinta y tiempo», de Jorge Drexler, que lo fui a ver cuando vino a presentarlo. Me gusta mucho; lo que más admiro es la libertad con la que trabajan los músicos y espero darme cuenta del día que la empiece a perder. Yo hago música de la misma manera que la escucho: sin restricciones, no me importa el género. Si la canción me emociona, me tiene sin cuidado si está en una playlist que no tiene que ver conmigo. Estuve escuchando mucho también en último disco de Rosalía. Después también me marcó siempre el rock argentino. Soda Stereo, Charly García, Fito Páez y Divididos, que fue mi banda de cabecera de joven y que es la que más fui a ver. ||| Info: Télam Foto: Raúl Ferrari