Cinco días después del terremoto que devastó a Turquía y Siria se actualizó el número de fallecidos, que se elevó ya a más de 28.000, según informaron hoy medios turcos.
A medida que continúan las operaciones de rescate, las autoridades locales confirmaron el hallazgo de más cuerpos, por lo que la cifra de personas muertas ascendió a 28.000.
Asimismo los socorristas, continuaron durante todo este sábado encontrando supervivientes entre los escombros, cinco días después de los temblores y a pesar de las severas condiciones climáticas.
El frío gélido en la zona dificulta los rescates y agudiza seriamente el sufrimiento de la población. Según detalló la ONU, al menos 870.000 personas precisan urgentemente comida y, solamente en Siria, 5,3 millones de personas se quedaron sin casa, consignó la agencia AFP.
«¿Sigue el mundo ahí?», preguntó Menekse Tabak, de 70 años, mientras era extraída de entre los cascotes en la ciudad turca de Kahramanmaras, situada en la región de Anatolia Suroriental, epicentro del sismo de magnitud 7,8, según un video de la cadena estatal TRT Haber.
En la ciudad de Antioquia, en la región del Mediterráneo, un bebé de solo dos meses fue rescatado 128 horas después del terremoto, informó la agencia gubernamental Anadolu.
Además los medios oficiales turcos informaron que fueron rescatados una niña de dos años, una mujer embarazada y un padre con su hijo de cuatro años. En el sur de Turquía, las familias se acompañaban en el duelo en un campo de algodón convertido en cementerio, a donde iba llegando una interminable fila de cadáveres para ser enterrados rápidamente.
Ayuda desde el exterior
La ayuda internacional llega lentamente a Turquía y Siria, donde socorristas continúan encontrando sobrevivientes que lograron resistir milagrosamente entre escombros tras el masivo terremoto del lunes.
El director de la Organización Mundial para la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, llegó este sábado a la ciudad siria de Alepo, fuertemente golpeada por el terremoto, para visitar hospitales y centros de refugio con las autoridades sirias, informó a su vez la agencia oficial Sana.
El funcionario afirmó que viajó con cerca de 37 toneladas de suministros médicos de emergencia, y agregó que llegará otra ronda con más de 30 toneladas de ayuda.
«El suministro de agua y otros servicios se han visto afectados, la gente está expuesta a enfermedades diarreicas y otros problemas de salud, especialmente problemas de salud mental», alertó el director.
En tanto, el Programa Mundial de Alimentos pidió 77 millones de dólares para aportar raciones de comida a al menos 590.000 personas desplazadas a causa del terremoto en Turquía y 284.000 en Siria.
Además, la oficina de Derechos Humanos de la ONU urgió ayer a todas las partes en la zona afectada, donde operan militantes kurdos y rebeldes sirios, a permitir el acceso humanitario.
En este sentido, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, considerado grupo terrorista por Ankara y aliados occidentales, anunció que suspendía su lucha armada para contribuir a trabajos de recuperación.
Por su parte, el gobierno de Siria informó que autorizará el suministro de ayuda internacional a las zonas controladas por los rebeldes en el noroeste del país, castigado por el sismo.
Hasta ahora, prácticamente toda la ayuda suministrada a las zonas rebeldes transita lentamente desde Turquía a través del puesto fronterizo de Bab al Hawa, el único garantizado por la ONU.
Para el envío de ayuda a Turquía, este sábado se abrió, por primera vez en 35 años, un paso fronterizo con Armenia, amplió la agencia oficial turca Anadolu.
Según la agencia turca para situaciones de emergencia y desastres naturales, cerca de 32.000 personas están movilizadas en las operaciones de rescate, así como más de 8.000 rescatistas extranjeros.
En tanto, miles de personas duermen en tiendas de campaña o en coches y se reúnen junto a hogueras para calentarse en medio de las bajas temperaturas, por miedo a volver a sus casas o porque sus viviendas ya no existen.
En la provincia de Hatay, sur de Turquía, una niña de dos años fue encontrada viva 123 horas después del cataclismo, informó la web del diario local Hurriyet, pero su familia no pudo ser encontrada.
Después de cinco días del sismo, el más mortífero desde 1939 en la región, la conmoción inicial deja paso en Turquía a la rabia por la respuesta del gobierno y la baja calidad de las construcciones.
Las autoridades cifran en 12.141 los edificios destruidos o gravemente dañados.
La policía turca detuvo hoy a 12 personas por el derrumbe de edificios en las provincias de Gaziantep y Sanliurfa y el fiscal de Diyarbakir emitió órdenes de detención contra 29 personas.
El viernes ya fue detenido en el aeropuerto de Estambul un promotor inmobiliario que trataba de huir después del colapso de una de las residencias de lujo que construyó.
Ante las críticas por la gestión del gobierno, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan pidió disculpas.
«Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido», afirmó el mandatario durante una visita a Adiyaman.
Entre las múltiples tragedias del movimiento telúrico, un grupo de 24 niños chipriotas de entre 11 y 14 años que estaban en Turquía para un torneo de voleibol cuando fue demolido su hotel.
Los medios turcos aseguran que 19 personas del grupo, que incluía además a 15 adultos, se confirmaron muertas. Diez de los cuerpos ya fueron repatriados a sus casas en el norte de Chipre.
Fuente: Télam