Israel ingresó hoy en alerta máxima ante una posible escalada con el movimiento libanés Hezbollah luego de que uno de los máximos líderes del grupo islamista palestino Hamas muriera en un ataque en Beirut que fue ampliamente atribuido a Israel y que aumentó el riesgo de un conflicto más amplio en Medio Oriente, sumado a la ofensiva israelí en la Franja de Gaza.
Saleh al-Arouri, número dos de Hamas, es el miembro de mayor rango del grupo muerto desde que recrudeció su enfrentamiento de años con Israel, hace casi tres meses. El movimiento continúa ofreciendo una dura resistencia a la ofensiva israelí en los territorios palestinos de la Franja de Gaza y sigue reteniendo allí a decenas de rehenes israelíes.
El impacto de la muerte de Al-Arouri en el conflicto en Gaza no está claro, ya que Israel ha matado a otros líderes de Hamas en el pasado que han sido reemplazados rápidamente. Pero el bombardeo, que ocurrió ayer en un bastión de Hezbollah al sur de Beirut, podría provocar una conflicto a gran escala entre este grupo e Israel a lo largo de la frontera con el Líbano.
El jeque Hassan Nasrallah, que ha dirigido Hezbollah desde que un ataque israelí mató a su predecesor en 1992, había prometido represalias por cualquier ataque israelí en el Líbano contra líderes de Hamas o de otros grupos aliados, y tenía previsto dar un discurso hoy a las 18 (las 13 de Argentina).
Hezbollah y el Ejército israelí han estado intercambiando disparos casi a diario en la frontera entre Israel y el Líbano desde que comenzó el conflicto en Gaza, pero Nasrallah parece reacio a intensificar las hostilidades y a repetir una guerra de un mes de duración en 2006 durante la cual Israel bombardeó intensamente sus bastiones en Beirut y el sur del Líbano.
Ni el Gobierno en su conjunto ni ningún funcionario israelí se atribuyó el ataque que mató a Arouri y a otros seis miembros de Hamas, pero el vocero del Ejército israelí, contralmirante Daniel Hagari, dijo hoy que Israel estaba preparado «para cualquier escenario».
Las Fuerzas Armadas están «en un estado de alerta muy elevado en todos los ámbitos, tanto en defensa como en ataque. Estamos altamente preparados para cualquier escenario», dijo.
Estados Unidos ha tratado de evitar cualquier ampliación del conflicto, incluso mediante el despliegue disuasorio de dos portaaviones y otros activos militares en la región, y se esperaba que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visitara la región esta semana.
El primer ministro Benjamin Netanyahu y otros funcionarios israelíes han amenazado repetidamente con matar a los líderes de Hamas «dondequiera que estén» desde que milicianos del grupo se infiltraron en Israel el 7 de octubre, mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y se llevaron consigo en su huida a Gaza a 240 rehenes, incluyendo unos 20 argentinos.
En respuesta, Israel lanzó una vasta ofensiva por aire, mar y tierra en Gaza que ya dejó más de 22.300 muertos, en su mayoría mujeres y niños, y más de 57.000 heridos, según el Ministerio de Salud del enclave costero.
Arouri era el número dos del líder supremo de Hamas, Ismail Haniyeh, y jefe de las operaciones
en Cisjordania, los otros territorios palestinos, que están separados de Gaza por Israel y bajo ocupación y colonización israelí. También era considerado un enlace entre Hamas y Hezbollah.
El Departamento de Estado de Estados Unidos lo tenía catalogado como «terrorista» y ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares por información que permitiera dar con él.
Haniyeh dijo que Hamas era “más poderoso» y estaba «más decidido” tras el ataque que mató a Arouri y a los otros seis miembros del grupo, incluyendo dos comandantes militares.
«Dejaron detrás de ellos hombres fuertes que llevarán su estandarte, dijo Haniyeh sobre los asesinados.
Hezbollah calificó el bombardeo contra Al-Arouri como “un ataque grave contra el Líbano, su pueblo, su seguridad, soberanía y resistencia”.
«Este crimen nunca quedará sin respuesta y castigo», agregó.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó que la muerte «busca arrastrar a Líbano» a la guerra.
El foco del conflicto sigue estando en Gaza, donde, según el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, Israel busca una “clara victoria” sobre Hamas, que gobierna el territorio desde 2007.
El Ministerio de Salud de Hamas en Gaza dijo hoy que 128 palestinos murieron en ataques israelíes en las últimas 24 horas.
La ofensiva israelí ha desatado una crisis humanitaria «catastrófica», según la ONU.
El 85% de los 2,3 millones de palestinos que viven en Gaza tuvieron que huir de sus casas por la violencia y mudarse a refugios superpoblados o a campamentos en zonas designadas por Israel como seguras que, no obstante, luego fueron bombardeadas.
Según Naciones Unidas, una cuarta parte de la población de Gaza se enfrenta al hambre, ya que un bloqueo israelí dejó a la región casi sin alimentos, combustible y medicamentos, y los intensos combates obstaculizan la entrega de ayuda que Israel ha permitido ingresar a cuentagotas bajo presión internacional, incluyendo de su aliado Estados Unidos.
La muerte y la destrucción sin precedentes en Gaza llevaron a Sudáfrica a acusar a Israel de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU, acusaciones que Israel ha negado rotundamente y ha prometido impugnar ante el tribunal con sede en La Haya.
Pese a lo devastadora de la campaña, Israel parece estar aún lejos de lograr sus objetivos de aplastar definitivamente a Hamas y recuperar a los 129 rehenes que se estima siguen retenidos por el grupo desde que más de 100 fueron liberados a fines de noviembre durante una tregua de una semana mediada por Qatar, Egipto y Estados Unidos.
Gallant dijo que varios miles de combatientes de Hamas permanecen activos en el norte de Gaza, donde tropas israelíes han estado combatiendo a los milicianos durante más de dos meses y donde barrios enteros han quedado reducidos a escombros.
También hay intensos combates en el centro de Gaza y en la sureña ciudad de Khan Yunis, donde funcionarios israelíes dicen que la estructura militar de Hamas sigue prácticamente intacta y donde podrían ocultarse Yahya Sinwar, el máximo líder del grupo en Gaza, y sus principales colaboradores.
Egipto ha propuesto un plan de varias etapas para poner fin al conflicto que contempla la liberación en etapas de todos los rehenes a cambio de cientos de palestinos presos en Israel. Según el plan, Israel se retiraría de Gaza y un gobierno de tecnócratas palestinos gobernaría Gaza y partes de la Cisjordania hasta que se celebren elecciones.
Ni Israel ni Hamas han aceptado el plan en su totalidad, pero tampoco lo han rechazado de plano.
Fuente: Télam