El equipo madrileño, actual campeón, derrotó 3 a 1 a los catalanes de Lionel Messi, en el duelo que abrió la jornada. Valverde, Ramos y Modric, los goleadores en el conjunto vencedor.
Real Madrid derrotó este sábado a Barcelona, con Lionel Messi de titular, por 3 a 1 en el estadio Camp Nou, sin público por la pandemia de coronavirus, en el marco del 181ro. clásico español, por la séptima fecha de la liga de fútbol de España.
Los goles madridistas fueron de Federico Valverde (4m. PT), Sergio Ramos (17m. ST), de penal, y Luka Moodric (44m. ST), mientras que en el equipo blaugrana anotó Anssumanei Fati (8m. PT).
Lionel Messi fue titular y tuvo un buen partido, aunque le faltó precisión en las dos definiciones en las que se enfrentó a Thibaut Courtois y se lo notó en soledad por varios instantes del encuentro.
Además, el rosarino no marca en un clásico desde la fecha 36 de la temporada 2017-2018 en un empate en dos en el Camp Nou. Ya son seis derbys sin convertir para el delantero.
Con esta victoria, Real Madrid se subió a la punta, con 13 puntos, y Barcelona quedó con sólo siete unidades, lejos de los primeros lugares aunque debe dos partidos.
Con esta victoria, Real Madrid se subió a la punta, con 13 puntos, y Barcelona quedó con sólo siete unidades, lejos de los primeros lugares
Real Madrid y Barcelona mostraron desde el arranque todo el potencial ofensivo, con idas y vueltas, sin demasiado tránsito en el mediocampo, a pesar de la sobrepoblación de la zona, y rápidamente marcaron.
El conjunto catalán sufrió por la descoordinación de sus volantes, que presionaron de forma individual y le permitieron a su clásico rival jugar con soltura y romper líneas con facilidad. Así llegó el 1-0 tempranero tras la conducción de Karim Benzema y una llegada solitaria del uruguayo.
Las falencias a la hora de recuperar la pelota se disimularon con la conocida sociedad entre Lionel Messi y Jordi Alba, sector donde se gestó el empate de Fati -colocado como nueve-.
Messi, tirado en varios momentos como ocho, tuvo dos ocasiones claras para romper con su ausencia en el marcador de los clásicos, pero en ambas se chocó con Thibaut Courtois.
Y lo mismo sucedió con el Merengue, que en cada pasaje que se encendió Benzema y que interrumpió los circuitos de creación del Blaugrana, incomodó al arquero Neto. La clave se asentó en el anticipo y la salida en velocidad para cortar la gestación de juego.
El complemento se asemejó a partidos de otras temporadas, con Barcelona más adelantado y adueñándose de la posesión de la mano de un Messi activo. Sin embargo, le costó traducirlo en la ventaja, ya que Philippe Coutinho desperdició un cabezazo en soledad y Fati bajó su contacto con la pelota, bien controlado por Sergio Ramos y Raphael Varane con una línea que, por instantes, contó con cinco defensores.
Y de hecho, Ramos aprovechó un penal infantil del francés Clément Lenglet, que lo agarró en un córner y el VAR ratificó con una clara imagen, y le dio nuevamente la ventaja a los suyos, que la pasaron mal en el inicio.
La responsabilidad del empate recayó sobre Messi, en una imagen que se repitió en los últimos años de este Barcelona desdibujado. El rosarino hizo todo el desgaste, moviéndose por el campo para recibir la pelota por la ausencia de un creador que lo asista, presionó en el inicio de cada jugada madridista y se mostró fastidioso con el árbitro cuando lo cortaron con faltas.
En la próxima fecha, la octava de la liga española, Barcelona visitará a Alavés y Real Madrid recibirá a Recreativo Huesca
Barcelona quemó todas las banderas. Lejos de lo mostrado en los 15 minutos de esta etapa, pobló el ataque de delanteros, se descuidó atrás -Real Madrid desperdició un sinfín de ocasiones mano a mano con Neto- y expuso falta de talento de un plantel del que Messi quiso escapar en el último mercado de pases.
Y en ese contexto, el ingresado Moodric hizo lo que quiso ante la desnudez defensiva y le puso el moño a un triunfo que le permitió a Real Madrid sacarle dos de ventaja en el historial a su clásico.