El incremento, que será del 1,82% en promedio, impactará en las boletas de gas natural por red de todo el país, profundizando las dificultades económicas de los trabajadores.
El inicio de 2025 traerá consigo un nuevo ajuste que afectará directamente la economía de los hogares argentinos. El Gobierno Nacional, mediante el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), autorizó un incremento del 1,82% promedio en las tarifas de gas natural por red, que comenzará a aplicarse en enero.
La medida, impulsada por el Ministerio de Economía y respaldada por el presidente Javier Milei, se enmarca en la política de eliminación gradual de subsidios, pero su impacto recaerá, una vez más, en los bolsillos de los trabajadores.
Ajustes y audiencias públicas
El aumento beneficiará los ingresos de las empresas reguladas, como TGN, TGS, Metrogas, Naturgy y Camuzzi, entre otras, que además participarán de audiencias públicas en enero y febrero para discutir sus planes de inversión y posibles nuevos ajustes tarifarios en los próximos cinco años.
Mientras tanto, los usuarios se ven obligados a absorber los incrementos en un contexto en el que el precio del gas está dolarizado, lo que suma presión a la economía familiar debido a las actualizaciones por devaluación oficial.
Más costos para quienes menos tienen
Aunque las tarifas están segmentadas según los ingresos de los usuarios (N1: altos; N3: medios; N2: bajos), la medida no deja de afectar a los sectores más vulnerables, que ven reducida su capacidad de consumo frente a la constante suba de servicios esenciales.
Con esta decisión, el Gobierno pone en jaque el poder adquisitivo de los trabajadores y las familias, quienes deberán destinar una mayor proporción de sus ingresos al pago de facturas de gas. A su vez, el ajuste se suma a otros aumentos en servicios básicos, como la electricidad, que también entrarán en vigor a comienzos del año.
Una política que ignora la realidad social
El relato oficial insiste en que estas medidas, «supuestamente», son necesarias para reducir la inflación y ordenar las cuentas públicas. Sin embargo, la realidad de millones de argentinos contrasta con esta visión. Mientras los salarios no logran recuperar terreno frente al aumento de precios, el peso de estas políticas recae casi exclusivamente sobre la clase trabajadora.
Una vez más, el inicio del año llega con anuncios que profundizan las dificultades económicas, dejando a los sectores más golpeados con menos margen para sobrellevar una crisis que parece no tener fin.
Diario de Punilla | Fuente: NA