Marcha histórica en defensa de la educación pública, la voz de los estudiantes contra el veto de Milei

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Córdoba fue escenario de una de las movilizaciones más contundentes de los últimos tiempos. Miles de manifestantes, principalmente estudiantes, junto a docentes, graduados, familias y ciudadanos comprometidos, alzaron su voz contra el veto anunciado por el presidente Javier Milei, finalmente pronunciado en el día de hoy, que atenta directamente contra la educación pública y gratuita. Una manifestación que demostró no solo la unidad del pueblo en torno a la defensa de la universidad pública, sino también el profundo descontento con un gobierno que parece estar sordo a los reclamos de quienes más necesitan de esa educación que, desde siempre, ha sido un pilar de igualdad y progreso en el país.

La marcha, que comenzó en el Monumento a la Reforma Universitaria y culminó en la tradicional esquina de Yrigoyen y Obispo Trejo, fue mucho más que una simple movilización: fue un grito colectivo en defensa de lo que debería ser intocable en cualquier sociedad democrática, el acceso a la educación de calidad. No es la primera vez que Milei intenta desfinanciar y desprestigiar el sistema universitario, pero esta vez, la respuesta fue rotunda. La gente salió a la calle, no solo en Córdoba, sino en todo el país, para decirle «no» a las políticas de ajuste que el gobierno pretende imponer a las universidades.

Lo más llamativo de la jornada fue el rol protagónico de los estudiantes. Ellos, quienes deberían estar ocupados en sus estudios y planes de futuro, se ven obligados a abandonar las aulas para defender su derecho a una educación gratuita y de calidad. En un contexto en el que más del 70% de los trabajadores universitarios se encuentran por debajo de la línea de pobreza, es imposible no ver la desconexión entre las demandas del pueblo y las acciones del gobierno nacional. Y es que Milei no solo ignora estos reclamos, sino que parece empeñado en desarticular cualquier esfuerzo por mejorar la situación, en especial cuando se trata de los salarios y condiciones de trabajo de quienes sostienen el sistema educativo.

El Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello en un intento desesperado por desacreditar la marcha, lanzó una serie de mensajes en redes sociales que no hicieron más que aumentar la indignación. Acusaciones de mal manejo de fondos, estigmatización de los estudiantes extranjeros, y la falacia de que las clases más pobres financian la educación de los ricos fueron algunos de los argumentos que el gobierno utilizó para intentar frenar el apoyo popular a la universidad pública. Sin embargo, como bien lo señaló Leticia Medina, secretaria gremial de ADIUC, “esa estrategia no está alcanzando el resultado que el gobierno busca”.

Lejos de dividir, las palabras del gobierno lograron lo contrario: unir a una comunidad que, más allá de sus diferencias, reconoce el rol estratégico de la universidad en la construcción de un país más justo e inclusivo. Las universidades no solo forman profesionales; son motores de investigación, de innovación y de movilidad social. Son, en definitiva, espacios de esperanza en un país que, hoy más que nunca, necesita de esos jóvenes que, con pancartas en mano, marcharon por su futuro.

El veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario es un claro ejemplo de la desconexión de este gobierno con las necesidades reales de la sociedad. Un gobierno que, en lugar de apostar por la educación y la ciencia, decide desfinanciar a las instituciones que más confianza generan entre la población. Según el último informe de Zuban Córdoba, las universidades nacionales tienen un 71,5% de valoración positiva entre los ciudadanos. En cambio, el gobierno apenas supera el 26%.

Mientras Milei y su equipo siguen atacando a la universidad pública, miles de estudiantes continúan soñando con un futuro mejor, uno en el que no tengan que marchar para defender lo que debería ser un derecho adquirido. Hoy, más que nunca, la comunidad universitaria y la ciudadanía en general le dejaron en claro al gobierno que no van a permitir el desmantelamiento de uno de los sistemas educativos más inclusivos y democráticos del mundo.

Quedó en claro que la sociedad piensa que la Universidad pública no es un gasto: es una inversión en el futuro de Argentina. Y los estudiantes, como lo demostraron este miércoles, están dispuestos a luchar por ella, cueste lo que cueste.

Redacción Diario de Punilla |