El acuerdo, firmado junto a 18 gobernadores y dos ex presidentes, refleja divisiones internas ya que varios mandatarios y la vicepresidenta Villarruel no asistieron. Milei enfatizó en su discurso la necesidad de un cambio de época y cuestionó a los ausentes por sus «anteojeras ideológicas».
El presidente Javier Milei encabezó la firma del «Pacto de Mayo» en la histórica Casa de Tucumán, acompañado por 18 gobernadores y dos ex presidentes, Adolfo Rodríguez Saá y Mauricio Macri. El acto se realizó en la medianoche, apenas iniciado el 9 de julio, coincidiendo con el Día de la Independencia. Sin embargo, la ausencia de varios gobernadores, especialmente, Axel Kicillof de la provincia de Buenos Aires y la vicepresidenta Victoria Villarruel, marcó una evidente fractura en la unidad nacional.
El acuerdo incluye diez puntos clave que se espera se traduzcan en políticas de Estado mediante leyes específicas. Entre los puntos destacan la inviolabilidad de la propiedad privada, el equilibrio fiscal innegociable, la reducción del gasto público y una reforma educativa y tributaria. Milei resaltó que estos principios son esenciales para el crecimiento económico y el bienestar del país.
Durante su discurso, Milei criticó a los gobernadores que no asistieron al evento, acusándolos de tener «anteojeras ideológicas» y de no querer «ceder sus privilegios». «La firma del Pacto es un símbolo del cambio de época», afirmó el presidente, subrayando la necesidad de dejar atrás las divisiones y mirar hacia adelante.
En el acto, se notaron algunas particularidades en el protocolo. Todos los asistentes debían vestir traje negro, pero el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, destacaron por sus elecciones de vestimenta no convencionales.
El presidente también hizo hincapié en la importancia de un Estado pequeño y eficiente, y en la defensa de la propiedad privada como motor del crecimiento económico. «La reducción del gasto público es la mayor en la historia nacional», aseguró, señalando que los gobernadores presentes también se comprometieron a seguir este camino en sus respectivas provincias.
La ausencia de varios mandatarios, junto con la de la vicepresidenta Villarruel, refleja las tensiones y divisiones existentes en el escenario político actual. Mientras Milei busca proyectar una imagen de cambio y unidad, que no se condice con sus actos mas cercanos a la violencia personal e institucional, las discrepancias internas y las críticas hacia su gestión continúan siendo una carcaterísica de su administración.
Diario de Punilla