En medio de mesas de lujo colmadas por empresarios y economistas, y con un contexto económico convulsionado, con la recesión pisándole los talones a la depresión, el presidente Javier Milei pronunció un discurso en la reunión global del Instituto Milken, en Los Ángeles, llamando a invertir en Argentina. Sin embargo, su optimismo contrasta con la realidad que enfrentan los sectores más vulnerables del país, quienes sufren las consecuencias de sus políticas gubernamentales.
Milei, ante un público compuesto mayoritariamente por empresarios y economistas, pintó un panorama esperanzador sobre las oportunidades de inversión en Argentina, llegando a afirmar que el país «tiene todas las condiciones para ser la nueva meca de Occidente». En su discurso, hizo hincapié en la apertura comercial y la desregulación económica como pilares para el crecimiento, sin embargo, obvió mencionar el deterioro económico que ha marcado su gestión, con una recesión que amenaza con convertirse en depresión.
El presidente Milei, en línea con sus discursos anteriores, aprovechó la plataforma para atacar al Estado y promover la desregulación económica como camino hacia el progreso. Sin embargo, sus palabras ignoraron la cruda realidad que enfrentan millones de argentinos, cuyas necesidades básicas están siendo desatendidas en medio de esta crisis.
El llamado a la inversión internacional y la defensa de un modelo económico basado en la libertad individual parecen chocar con la situación de los más desfavorecidos, quienes continúan sufriendo las consecuencias de políticas que privilegian el capital por sobre el bienestar social.
En un momento en que las protestas estudiantiles en Estados Unidos reflejan la solidaridad con las víctimas de conflictos internacionales, el presidente Milei optó por criticar estas manifestaciones y reforzar su postura a favor del capitalismo desenfrenado, desestimando así cualquier responsabilidad social por parte de los empresarios.
Mientras Milei aboga por una visión minimalista del Estado, argumentando que su única tarea es proteger la vida, la libertad y la propiedad de los argentinos, muchos se preguntan si este enfoque realmente aborda las necesidades de los más vulnerables, cuyo sufrimiento parece ser ignorado en pos de un supuesto progreso económico.
El discurso del presidente Milei en el Instituto Milken deja en evidencia una vez más su desconexión con la realidad que enfrentan los sectores más necesitados de la sociedad argentina, evidenciando una preocupante falta de consideración hacia aquellos que más sufren las consecuencias de sus políticas gubernamentales.
Gonzalo Goro – Diario de Punilla | Fuente: NA