La comunidad educativa argentina se unió en una jornada sin precedentes para rechazar las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei, que amenazan el futuro de la universidad pública en el país.
La histórica marcha que inundó las calles de nuestro país en el día de ayer, no fue solo una manifestación masiva, fue un grito colectivo en defensa de uno de los pilares fundamentales de la sociedad Argentina, la educación pública. Miles de docentes, estudiantes, autoridades y ciudadanos se unieron en un mensaje claro y contundente contra las políticas de ajuste presupuestario impulsadas por el gobierno de Javier Milei, que amenazan con desmantelar el sistema universitario argentino.
La magnitud de la convocatoria, estimada en más de un millón y medio de personas a lo largo y ancho del país, refleja la profunda preocupación y el rechazo generalizado hacia las medidas que ponen en peligro el acceso a una educación de calidad para todas y todos los argentinos. Desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo, las calles se vieron inundadas por una marea humana que no solo expresaba su descontento, sino que también exigía un compromiso firme con el futuro de la educación.
La decisión del gobierno de Milei de recortar el presupuesto destinado a las universidades públicas ha desencadenado una crisis sin precedentes en el sistema educativo, poniendo en riesgo programas de becas, proyectos de investigación, infraestructura universitaria y el bienestar estudiantil en general.
Los manifestantes, enarbolando consignas como «La educación no se vende» y «Sin presupuesto no hay educación», dejaron en claro que no están dispuestos a permitir que se desmantele un sistema que representa uno de los pilares de la democracia y el desarrollo social en Argentina.
La presencia de figuras destacadas de la política, la academia, los sindicatos y la sociedad civil en la marcha evidencia la amplitud y la diversidad del rechazo hacia las políticas de ajuste. Sin embargo, la respuesta del gobierno ante esta contundente muestra de descontento ha sido insuficiente e intransigente, demostrando una falta de compromiso con el diálogo y la búsqueda de soluciones que garanticen el acceso universal a la educación (pese a que se anunció que desde el Ministerio de Capital Humano, depositó el 100% del presupuesto).
En un momento crucial para el futuro de la educación pública en Argentina, es imperativo que el gobierno escuche el clamor de la sociedad y reconsidere sus políticas de ajuste. La universidad pública no es un gasto, es una inversión en el futuro del país y en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Si realmente queremos asegurar un futuro próspero para las generaciones venideras, debemos proteger y fortalecer la educación pública como un derecho fundamental de todos los argentinos, de donde salieron cinco premios Nóbel, con lo que ello significa.
Gonzalo Goro – Diario de Punilla | Fuente: Somos Télam