En su primer discurso como jefe de Estado, el presidente Javier Milei afirmó ayer que su administración hereda una situación económica sin precedentes, calificándola como «la peor herencia» en la historia del país. Desde las escalinatas del Congreso, Milei advirtió sobre la necesidad de abordar el déficit fiscal de manera contundente para lograr una solución viable.
Durante el acto de asunción, Milei juró «por Dios y la Patria» y declaró que «ayer comenzó una nueva etapa en la Argentina». Enfatizó la importancia de implementar un programa económico de «shock» y anunció que los detalles del gabinete y las primeras acciones de su gobierno serán revelados en una conferencia de prensa a cargo del vocero presidencial, Manuel Adorni, programada para esta mañana.
En un discurso que se extendió por más de 30 minutos, Milei hizo hincapié en la crítica situación fiscal heredada, destacando que «ningún gobierno ha recibido una herencia peor». Señaló que el kirchnerismo, en sus inicios, presumía de superávits gemelos, pero que ahora la realidad es un déficit gemelo del 17% del PBI, con 15 puntos correspondientes al déficit consolidado entre el Tesoro y el Banco Central.
Milei subrayó la necesidad de un ajuste fiscal en el sector público nacional y destacó que este recaerá principalmente sobre el Estado, evitando afectar al sector privado. También abordó
el tema del cepo cambiario, describiéndolo como una «pesadilla social y productiva» que afecta negativamente al nivel de actividad, el empleo formal, los salarios reales y el aumento de la pobreza.
En repetidas ocasiones, el presidente enfatizó que «no hay solución alternativa al ajuste» y rechazó la discusión entre shock y gradualismo. Argumentó que, desde un punto de vista empírico, los programas gradualistas terminaron mal, mientras que los programas de shock, salvo el de 1959, fueron exitosos.
Milei también advirtió sobre la posibilidad de una hiperinflación, mencionando una tasa anual de hasta 3.600%. Se refirió a la necesidad de limpiar los pasivos remunerados del Banco Central, especialmente el stock de Leliqs y Pases Pasivos, que ascienden a alrededor de $22,5 billones.
El presidente afirmó que, a pesar de los desafíos, su gobierno luchará para evitar una catástrofe económica y reconstruir el país. Enfatizó la importancia de realizar un reacomodamiento macroeconómico, anunciando que la situación comenzará a mejorar después de las medidas de ajuste, ofreciendo una perspectiva optimista para el futuro.