El Ejército Argentino y la Municipalidad de la ciudad correntina de Paso de los Libres definieron la creación de una reserva natural, ubicada en un pulmón verde de esa ciudad que encierra el hábitat de una palmera única en el mundo.
La reserva natural urbana «El cocal» nació el martes 7 de noviembre, mediante la firma de un convenio que une al Ministerio de Defensa, al Ejército y a la Municipalidad de Paso de los Libres, en la creación de ese espacio ahora destinado a su preservación, dentro del regimiento Grupo de Artillería 3.
Se trata de un espacio abierto de la ciudad, pero que con el paso del tiempo quedó rodeado por la infraestructura urbana y que forma parte del paisaje natural de esta localidad situada a 370 kilómetros al sudeste de la capital correntina, en el margen argentino del río Uruguay.
El origen de esta reserva se remonta a la inquietud del especialista en botánica perteneciente a la Fundación Hábitat y Desarrollo, Gustavo Aparicio, que en 2013 y 2014 se decidió a militar como una causa social la necesidad de preservar el corazón de esta reserva: la palmera de Bonpland, conocida científicamente como Butia noblickii.
Se trata de una especie descubierta hace poco más de 10 años y su hallazgo se produjo como respuesta a una antiquísima confusión, pues el Instituto de Botánica del Nordeste (Ibone) la tenía clasificada como una pariente cercana, la Butia poñí, que crece en la provincia de Misiones.
En 2012 los botánicos brasileños Deble y Marchiori se decidieron a desentrañar con fundamentos científicos una hipótesis planteada por el botánico americano y especialista en palmeras Larry Roland Noblick, quien al visitar el Ibone negó que la muestra ofrecida en su herbario sea de la especie misionera.
De ese estudio surgió la publicación editada en la revista científica Balduinia, de Brasil, que le dio origen a esta nueva especie.
«Es una especie única, sus palmares se ubican solo en lomas arenosas de una franja de alrededor de 100 kilómetros que abarcan las localidades correntinas de Paso de los Libres, Bonpland y Yapeyú», dijo a Télam Aparicio.
¿Cuáles son los riesgos con los que corre esta palmera? En primer término, la mano humana, pues la ciudad instaló un basural en un sector de este predio que será preservado y que comprende unas 250 hectáreas del regimiento, donde el Ejército realiza prácticas de tiro.
Pero también se han generado en otras áreas propias de esta butia, desmontes para la utilización de los arenales con fines productivos pues el pino, la mandioca y la sandía, entre otros cultivos, crecen en ese suelo.
Cada ejemplar adulto mide un promedio de entre cuatro y cinco metros de altura y sus frutos son comestibles, por lo tanto, atrae no solo mucha fauna sino también a la recolección para su consumo y la elaboración de dulces y un licor.
De hecho, es la fruta la que le dio nombre a este sector de la ciudad, «El cocal», ya que se lo conoce como «coquito de yatay».
«Estamos hablando de palmares que, al igual que los bosques de araucarias, pueden llegar a tener cientos de años, es decir, Corrientes tiene testigos vegetales de una porción enorme de su historia que le da fundamento a una reserva que puede ser muy útil para su futuro», reflexionó Aparicio en diálogo con Télam.
Y subrayó: «Es valioso resaltar que se trata de una especie exclusivamente correntina, que no se encuentra en ninguna otra parte del mundo y, en especial, que preservar el destino y el uso de su hábitat natural ofrece al mismo tiempo una oportunidad enorme para el turismo, justamente en una zona de paso a Brasil donde los viajeros merecen quedarse para conocerlo con diversas actividades».
Alrededor de esta nueva reserva, los intentos por generar un espacio protegido surgieron en 2013 y desembocaron en dos ordenanzas salidas por unanimidad del Concejo Deliberante de Paso de los Libres.
Una, de 2014 que declara monumento natural de la comuna a la palmera de Bonpland, y otra, de 2018, que le da rango institucional al interés por crear la reserva en una articulación con el Ejército y que fue posible este año con la firma del convenio entre el intendente Martín Ascúa y el ministro de Defensa de la Nación, Jorge Taiana.
(Por Juan Manuel Laprovitta) – Télam