Israel atacó objetivos en Siria con aviones y artillería luego de inusuales disparos de cohetes desde ese país vecino por el norte, en medio de tensiones entre musulmanes y judíos que llegaban hoy a su clímax en Jerusalén con simultáneas festividades religiosas.
Miles de fieles judíos se reunieron en el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado donde los judíos pueden orar, para una ceremonia de bendición por la festividad de la Pascua.
En el recinto de la mezquita Al-Aqsa, una explanada amurallada ubicada justo sobre el Muro de los Lamentos, cientos de palestinos realizaron oraciones como parte de las celebraciones por el mes sagrado musulmán del Ramadán.
Cientos de judíos también visitaron hoy el recinto de Al-Aqsa bajo una fuerte vigilancia de la Policía israelí, mientras los palestinos protestaban por su presencia con silbidos y cánticos religiosos.
Estos recorridos de judíos ortodoxos y nacionalistas han aumentado en tamaño y frecuencia a lo largo de los años, y muchos palestinos los miran con recelo y temen que algún día Israel planee apoderarse del sitio o dividirlo.
Funcionarios israelíes dicen desde hace años que no tienen intención de cambiar acuerdos de larga data que permiten a los judíos visitar, pero no orar, ese sitio, que está administrado por musulmanes.
Sin embargo, ahora está en el poder en Israel el Gobierno más derechista de su historia, con varios dirigentes ultranacionalistas a cargos de ministerios.
La mezquita y el muro están dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén este, una antigua ciudadela amurallada que alberga algunos de los lugares más sagrados del islam, el judaísmo y el cristianismo, como el lugar donde se sitúa la tumba vacía de Jesucristo.
A su vez, Jerusalén se sitúa en Cisjordania, los territorios palestinos bajo ocupación israelí desde 1967. Jerusalén este es la parte de la ciudad de mayoría palestina, que Israel se anexionó.
Las tensiones se dispararon la semana pasada cuando policías israelíes irrumpieron en la mezquita de Al Aqsa y golpearon a fieles palestinos que rezaban allí por el Ramadán, algo que causó enorme conmoción en el mundo árabe dada la santidad del lugar.
En varias ocasiones, los palestinos se han atrincherado dentro de la mezquita con piedras y petardos, reclamando el derecho a rezar allí durante la noche, algo que Israel solo ha permitido en el pasado durante los últimos 10 días del Ramadán.
La policía los sacó por la fuerza el martes de la semana pasada, en un operativo que culminó con más de 250 detenidos y 50 heridos.
La violencia en el santuario provocó el lanzamiento de cohetes por parte de milicianos palestinos de la Franja de Gaza y el sur del Líbano a partir del miércoles, e Israel respondió con sendos ataques aéreos.
La Franja de Gaza está gobernada por el movimiento islamista Hamas, enemigo declarado de Israel.
En Líbano, la oficina de medios de Hezbollah anunció que el jefe del partido islamista, Hassan Nasrallah, recibió hoy a una delegación encabezada por el líder de Hamas, Ismail Haniyeh.
Los dos discutieron “los acontecimientos más importantes en la Palestina ocupada, el curso de los acontecimientos en la Mezquita al-Aqsa y la escalada de resistencia en Cisjordania y Gaza», dijo un comunicado, informó la agencia de noticias DPA.
Ningún grupo se ha atribuido oficialmente la responsabilidad de los ataques con cohetes, pero Israel ha acusado a Hamas de estar detrás de ellos.
El sábado por la noche y hoy por la madrugada, milicianos de Siria dispararon dos tandas de cohetes hacia Israel y los Altos del Golán, la meseta del sur de Siria anexada por Israel.
Un grupo palestino con sede en Damasco se atribuyó la responsabilidad del disparo de cohetes y dijo que fue en represalia por la redada en Al-Aqsa.
Un cohete aterrizó en un campo en los Altos del Golán. Fragmentos de otro misil destruido cayeron en territorio jordano cerca de la frontera con Siria, informó el Ejército jordano.
Dos cohetes más cruzaron la frontera hacia Israel, uno fue interceptado y el segundo aterrizó en un área abierta, dijo el Ejército israelí.
Israel respondió con fuego de artillería en el área de Siria desde donde se dispararon los cohetes.
Más tarde, el Ejército dijo que aviones de combate israelíes atacaron sitios del ejército sirio, incluido un complejo de la 4ª División de Siria y puestos de radar y artillería.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, discutió la violencia en una llamada telefónica con su homólogo israelí, Isaac Herzog, el sábado por la noche.
El mandatario turco dijo que los musulmanes no podían permanecer en silencio sobre las «provocaciones y amenazas» contra la mezquita de Al-Aqsa, informó su oficina.
El viernes pasado, un ataque con coche bomba provocó la muerte de un italiano en Tel Aviv, mientras que dos monjas israelí-británicas fueron asesinadas ese mismo día en el enclave palestino de Cisjordania.
Tras los ataques, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó «movilizar todas las unidades de reserva de la policía en las fronteras y fuerzas adicionales».
Ayer, en Cisjordania, el Ejército israelí mató a tiros a un palestino de 20 años que, según dijo, iba dentro de un auto desde el cual se había disparado contra los soldados.
La Unión Europea (UE) condenó ayer la escalada de violencia y llamó a la contención.
Las tensiones por Jerusalén se enmarcan en el periodo más violento en años en Cisjordania y Jerusalén este.
Más de 90 palestinos y 18 israelíes han muerto por la violencia en lo que va del año.
Fuente: Télam