Lea Zajac de Novera, sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz, aseguró hoy que sobrevivió al hambre en ese «infierno» soñando todas las noches «con un árbol de panes», en el acto recordatorio del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, en el que el canciller y los ministros de Educación y Justicia y Derechos Humanos coincidieron en ratificar el compromiso del Estado argentino «en preservar la memoria» a través de políticas públicas sustentadas, también, en leyes relacionadas a la defensa de los Derechos Humanos originadas a partir del genocidio judío.
En el acto, celebrado en el Museo del Holocausto de Buenos Aires, se recordó el 78° aniversario de la liberación por parte de las tropas soviéticas -un 27 de enero de 1945- del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, instalado por el nazismo en territorio polaco, y que desde 2005 fue oficialmente establecido por las Naciones Unidas.
«Cuando me preguntan qué me ayudó a sobrevivir en ese infierno, siempre recuerdo que cuando dormía soñaba con un árbol de panes», relató durante el acto Zajac, de 96 años.
«Aquel hambre que nosotros hemos sufrido sólo lo puede entender quien lo pasó. Es realmente inenarrable», agregó.
Zajac y su familia fueron trasladados a un gueto y luego deportados al campo de concentración de Auschwitz durante el régimen nazi.
«Soy uno de los últimos testigos vivientes de aquel horror, soy el último de los testigos que estuve luchando durante dos largos años por sobrevivir», aseguró ante un auditorio enmudecido y con una escucha atenta al testimonio.
«No estaba el día en que el ejército ruso llegó a Auschwitz porque los nazis decidieron evacuarnos 10 días antes. Nos sacaron en pleno invierno envueltos con algún trapo, con la nieve hasta las rodillas y sin comida. Así nos arrastramos por los caminos de Alemania», relató la sobreviviente desde un escenario al que le costó subir debido a una «pierna amputada por la tuberculosis» que el frío y la tortura nazi le ocasionaron.
«Recién ahí empezamos a descender los últimos peldaños del infierno», expresó Zajac sobre la dramática marcha de la muerte a la que sobrevivió junto a unas pocas personas.
«Hoy quiero rendir homenaje a todos quienes con la última mirada, como la de mi madre la última vez que la vi, nos gritaron que no los olvidemos y que contemos al mundo lo que pasaron», manifestó.
A 78 años de aquella tragedia originada en discursos de odio pasados al acto, Zajac instó a las generaciones más jóvenes a «no olvidar, a seguir contando y luchando contra toda clase de discriminación para que no se vuelva a repetir» ningún genocidio.
Sofía Hollander (26), nieta de un sobreviviente de Auschwitz, aseguró en el acto que «cada uno de nosotros debemos seguir luchando contra todas las formas de intolerancia y odio que todavía hoy persisten».
«En memoria de los judíos que murieron en la Shoá, recordemos las vidas que no pudieron ser y la de aquellos que sobrevivieron y nos enseñaron a ser fuertes y valientes», manifestó.
En el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, la maquinaria nazi llegó a exterminar la vida de 6.000 judíos por día y, en total, 6 millones de ellos fueron masacrados en los campos de exterminio.
Durante el acto conmemorativo, Zajac junto a otros cinco sobrevivientes, encendieron una vela por cada millón de judíos asesinados durante el Holocausto.
Del acto, y en nombre del Gobierno, participaron los ministros de Educación, Jaime Perczyk; de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria, y de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero.
«Este oscuro capítulo histórico que hoy recordamos deben formar parte del ADN de nuestro pueblo», dijo Soria.
«El recuerdo del Holocausto nos obliga a mantenernos alertas ante los discursos de odio y discriminaciones, y cuidar el respeto de las libertades individuales y de la memoria», agregó.
Junto a su par de Cancillería, Santiago Cafiero, resaltaron el «compromiso irrestricto» de Argentina con la memoria y la justicia «materializado en políticas públicas sostenidas a lo largo del tiempo», en el marco de un año «muy especial» para el país que cumple «40 años de convivencia democrática».
Soria también enfatizó en que el pueblo argentino es consciente «de los gravísimos episodios de antisemitismo que atravesaron la historia argentina y todavía siguen impunes», en referencia a los atentados a la Embajada de Israel y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
«Sin importar los funcionarios que pasen, el Estado argentino seguirá perseverando en mantener viva la memoria de este genocidio a través de sus políticas», aseguró Cafiero.
Desde el 2005, los Estados miembros de Naciones Unidas ratifican en este día su apoyo en la lucha contra el antisemitismo y el compromiso en prevenir futuros genocidios, a través de promover la educación y el cuidado de los lugares históricos.
Argentina, a su vez, es el único país latinoamericano miembro completo de la Alianza para la Memoria del Holocausto (IHRA), de la que adoptó en 2020 su definición de antisemitismo.
Este año, a su vez, el Ministerio de Educación vuelve a tener «la presidencia pro tempore» del Capítulo Local de la IHRA por el recuerdo del Holocausto.
«Se trata de una oportunidad para seguir trabajando el rol de la educación, el legado, la pedagogía de la memoria y, fundamentalmente, la transmisión a las nuevas generaciones de pasados dolorosos que dejaron huellas en nuestras sociedades y que nos posibilitan construir acuerdos para la vida en común», resaltó Perczyk.
«Educar en el respeto a la vida es un modo de honrar la memoria de aquellos que vivieron en carne propia el horror del genocidio y de asegurarnos un futuro en donde otro Auschwitz no sea posible», agregó el ministro.
Por su parte, Fabiana Mindlin, directora del Museo del Holocausto, sostuvo que la presencia de representantes del Estado y de la sociedad civil en el acto central ratifica «que la memoria del Holocausto en la Argentina es una auténtica política de Estado, y que es fundamental el compromiso de todos para su consolidación».
También estuvieron presentes organizaciones de la sociedad civil que conforman el Capítulo local de la IHRA, representantes de la DAIA, la AMIA, el Instituto Auschwitz, las entidades ICUF, el Centro Ana Frank Argentina para América latina, el Centro Simón Wiesenthal, el Congreso Judío Latinoamericano, embajadores y representantes diplomáticos y organismos de Derechos Humanos.
Fuente: Télam