Al menos 11 personas fueron detenidas hoy en París en disturbios durante una marcha por los asesinatos de tres personas cerca de un centro cultural kurdo de la capital francesa que tuvo motivaciones «racistas», de acuerdo con palabras del detenido por el ataque reveladas por una fuente cercana al caso.
Varios miles de personas se congregaron de forma pacífica en la Plaza de la República, a pocos metros del lugar donde ayer un hombre de 69 años con antecedentes penales mató a una mujer y dos hombres e hirió a otras tres personas, una de ellas de gravedad.
Durante el homenaje, la multitud guardó un minuto de silencio por los tres fallecidos y por los que «murieron por la libertad».
«Lo que sentimos es dolor y desconfianza, porque no es la primera vez que esto ocurre», declaró Esra, una estudiante de 23 años.
Pero poco después la situación se tensó y algunos de los manifestantes comenzaron a quemar vehículos y contenedores de basura, además de tirar objetos contra la policía que respondió disparando gases lacrimógenos.
«Hubo provocadores que pasaron en un vehículo con la bandera turca e hicieron el signo de los Lobos Grises, así que eso provocó a los jóvenes», declaró al canal BFMTV el vocero del Consejo Democrático Kurdo en Francia (CDK-F), Berivan Firat, en referencia a la organización de extrema derecha nacionalista turca.
En total, 11 personas fueron arrestadas y 31 agentes policiales resultaron heridos, informó el prefecto de la la policía parisina, Laurent Núñez.
En Marsella, sur del país, también se llevó a cabo una marcha similar, a la que asistieron cientos de personas.
El sospechoso, que logró ser controlado por los transeúntes que pasaban por el lugar antes de que intervinieran las fuerzas de seguridad, fue arrestado con «un maletín» con «dos o tres cargadores llenos, una caja de cartuchos de calibre 45 con al menos 25 cartuchos dentro», precisó hoy una fuente del caso.
El detenido, un conductor de tren jubilado de nacionalidad francesa, atribuyó el ataque a los tiros a que era «racista», dijo esa misma persona próxima al caso, citada por la agencia de noticias AFP.
El hombre fue trasladado finalmente a una enfermería psiquiátrica de la prefectura de policía, anunció la fiscalía.
El médico que lo examinó esta tarde dictaminó que su estado de salud «no es compatible» con el régimen de detención policial.
Por ello, se le dictó esa resolución «a la espera de presentarlo ante un juez de instrucción, cuando su salud lo permita», añadió la fiscalía, precisando que la pesquisa continúa.
La policía investigará al individuo por asesinato, intento de asesinato, violencia con arma e infracciones de la legislación con armas de carácter racista, una «circunstancia (que) no modifica la pena máxima» a la que se expone el sospechoso, «que sigue siendo la cadena perpetua», precisó la fiscalía.
El hecho tuvo lugar en la calle d’Enghien, en el centro de la capital francesa, en inmediaciones de la organización cultural kurda Ahmet Kaya.
Los disparos causaron pánico poco antes del mediodía francés de ayer entre los residentes del barrio, una zona de gran movimiento, conocida como «la petite Turquie» (la pequeña Turquía), con tiendas, restaurantes y bares.
El ataque generó conmoción entre la comunidad kurda local en la víspera del noveno aniversario del asesinato de tres activistas kurdas en el mismo barrio parisino y derivó en una manifestación espontánea, que terminó en enfrentamientos con la Policía.
La mujer asesinada fue identificada como Emine Kara, responsable del Movimiento de las Mujeres kurdas en Francia, según el CDK-F. Había solicitado asilo político, pero le fue denegado, indicó la misma organización.
Los dos hombres muertos son Abdulrahman Kizil, «un ciudadano kurdo ordinario» que frecuentaba la asociación «a diario», y Mir Perwer, un artista kurdo, refugiado político, que está «perseguido en Turquía por su arte», indicó el CDK-F.
El presidente francés, Emmanuel Macron, denunció un «odioso ataque» contra «los kurdos de Francia» y, a pedido suyo, el prefecto de policía de París y el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, recibieron este sábado a representantes de la comunidad kurda.
«Francia está en duelo», señaló Dupond-Moretti, quien manifestó su interés en reunirse con la delegación kurda para «garantizarles nuestro apoyo sin fisuras», según consignó el canal CNews.
El funcionario se refirió al ataque como un «crimen racista» por su naturaleza «odiosa» y lo diferenció de un «acto terrorista», que explicó responde a la adhesión o no a una «ideología política reivindicada».
De momento, la pista terrorista ha sido descartada, pero el ministro dijo que todo dependerá de cómo evolucione la investigación.
El presunto autor de los disparos fue detenido poco después de la tragedia y puesto bajo custodia policial.
El agresor «quería atacar a extranjeros» y «a todas luces actuó solo», dijo ayer el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, quien señaló que además frecuentaba un campo de tiro.
Ligeramente herido en la cara durante su arresto, ya había sido condenado en junio a 12 meses de prisión por actos de violencia con armas cometidos en 2016, sentencia que apeló.
También fue imputado en diciembre de 2021 por violencia con armas, con premeditación y de carácter racista, y daños a la propiedad por hechos cometidos el 8 de diciembre de 2021.
En este segundo caso, es sospechoso de haber herido con un sable a migrantes de un campamento parisino y de haber rasgado sus tiendas de campaña, relató en ese momento una fuente policial.
Tras un año en prisión preventiva, salió en libertad el 12 de diciembre y fue puesto bajo control judicial, según la fiscal de París.
En 2017, el hombre fue condenado a seis meses de prisión condicional por posesión prohibida de armas.
El padre del atacante, de 90 años, lo describió como un hombre «tranquilo», «realmente retraído» y afirmó que en la mañana de los hechos «no dijo nada al salir».
«Mi hijo es un loco (…) Estuvo preso durante un año, su madre intentaba ponerlo de nuevo tras las rejas», dijo al canal M6.
Fuente: Télam