El dibujante francés Jean-Jacques Sempé, uno de los creadores de las aventuras de «El pequeño Nicolás» y famoso por sus caricaturas en medios de prensa, murió a los 89 años, informaron allegados y familiares.
En su famosa historia, el dibujante presentaba una visión idealizada de la infancia en la Francia de 1950 que se convirtió en éxito internacional, y además ilustró casi un centenar de portadas para la revista estadounidense The New Yorker.
El dibujante, que lejos de tener una infancia cómoda y feliz debido a que sufrió situaciones de violencia junto a su madre y su padrastro, murió ayer y su deceso fue anunciado por su esposa, Martine Gossieaux Sempé, consignó la agencia de noticias AFP.
En tanto, su biógrafo y amigo, Marc Lecarpentier, dijo que «el dibujante de humor Jean-Jacques Sempé falleció tranquilamente el jueves, 11 de agosto, a los 89 años, en su residencia de vacaciones, rodeado de su mujer y amigos».
Hasta el presidente francés Emmanuel Macron despidió al dibujante: «La tierna ironía, la delicadeza de su inteligencia, el jazz: no podremos olvidar a Jean-Jacques Sempé. Echaremos cruelmente de menos su mirada y su lapiz».
Nacido en Pessac, ciudad ubicada al suroeste de Francia, en 1932, Sempé tuvo una infancia difícil al ser hijo ilegítimo de una aventura de su madre con su jefe, viviendo primero en una casa de acogida y después con su madre violenta y su padrastro alcohólico.
Si bien su sueño era ser pianista de jazz, dejó la escuela a los 14 años y entró al ejército mintiendo sobre su edad, pero como la vida militar no coincidía con sus aspiraciones empezó a vender dibujos a los diarios parisinos.
Al trabajar en una agencia de prensa, se hizo amigo del legendario dibujante René Goscinny -uno de los padres de Astérix y Obelix- y juntos crearon en 1959 «El pequeño Nicolás».
«Las historias de Nicolás eran una forma de revisitar la miseria que soporté al crecer mientras me aseguraba que todo había ido bien», dijo Sempé en 2018.
Si bien las historias pasaron desapercibidas hasta 1978, al ser contratado por The New Yorker, donde consiguió ingresos estables, su obra se convirtió en un éxito internacional, con más de 15 millones de copias vendidas en 45 países.
En sus historias colocaba pequeños caracteres en enormes mundos de trazos suaves, a veces revelando verdades mordaces y divertidas pero sin ánimo de ofender. Una bondad que contrastaba con su dolorosa infancia.
«Nunca superas tu infancia», manifestó a sus ochenta años, tras décadas evitando el tema. «Intentas resolver algunas cosas, hacer los recuerdos más bonitos, pero nunca lo superas».
«Él ya no está aquí, pero sus dibujos son atemporales», dijo la ministra francesa de Cultura, Rima Abdul Malak. «Su ternura, su poesía y sus travesuras… Nos enseñó a mirar el mundo con ojos de niño», añadió.
En su último dibujo, aparecido en el número del 4 al 10 de agosto de la revista Paris Match, Sempé anticipó su despedida, al dibujar un pintor trabajando en un paisaje rural unido al mensaje «Piensa en no olvidarme». ||| Info: Télam | Imagen: Noticias de Navarra