El Gobierno británico anunció hoy que funcionarios están preparando el envío de los solicitantes de asilo a Ruanda en un próximo vuelo, a pesar de un fallo judicial que impidió anoche el despegue del primer avión.
Una intervención tardía del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), impidió el despegue minutos antes de partir de un primer vuelo con los solicitantes de asilo, un polémico y cuestionado plan del Gobierno británico para combatir la inmigración ilegal.
El Gobierno estaba «sorprendido y decepcionado» con el fallo, dijo la ministra de Trabajo y Pensiones, Therese Coffey, según la BBC.
Sin embargo indicó que los abogados del Ministerio del Interior ya están trabajando en los próximos pasos y explicó que el objetivo del Gobierno es crear «vías legales seguras para que las personas obtengan asilo».
El abogado de derechos humanos Geoffrey Robertson, quien representó el caso principal ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre Ruanda, dijo que «una de las cosas que hace grande a Gran Bretaña… es que cumpliremos con los tribunales internacionales y el derecho internacional».
El Gobierno de Boris Johnson acordó a principios del 2022 con las autoridades de Ruanda trasladar a los solicitantes de asilo que suelen cruzar de forma ilegal el Canal de la Mancha.
Solo el año pasado más de 28.000 personas arriesgaron sus vidas cruzando el canal en pequeñas embarcaciones y más de 10.000 en lo que va de este año, según la cadena pública BBC.
Cuestionamientos al trato a migrantes
Se estima que al menos siete personas serán deportadas en este primer vuelo, según informaron medios británicos.
El plan fue cuestionado por los líderes de la Iglesia de Inglaterra que lo calificaron además de «inmoral».
Ayer en una carta publicada en el diario Times, los arzobispos de Canterbury y York, así como los otros 24 obispos, dijeron que esa política «debería avergonzarnos como nación».
«La vergüenza es nuestra, porque nuestra herencia cristiana debería inspirarnos a tratar a los solicitantes de asilo con compasión, equidad y justicia, como lo hemos hecho durante siglos», apuntaron.
Según el mismo diario, en privado, el príncipe Carlos, heredero de la corona británica, también censuró la semana pasada la controvertida política hacia los inmigrantes que ingresan ilegalmente al país y la calificó como algo «espantoso».
Los comentarios realizados por el hijo mayor de la reina Isabel II causaron conmoción en el país porque la monarquía suele mantenerse al margen de la política y ser estrictamente imparcial.
El sindicato Public and Commercial Services, que agrupa a más de un 80% de los empleados del sistema de aduanas británico, y algunas organizaciones no gubernamentales habían apelado a la Justicia para tratar de suspender los vuelos a Ruanda.
Pero el Tribunal de Apelaciones británico descartó frenar los planes para deportar a Ruanda a solicitantes de asilo y respaldó la decisión que ya tomó la semana pasada el Tribunal Superior de Londres, que falló en contra de adoptar medidas cautelares contra las deportaciones antes de que en julio se celebre un juicio completo sobre su legalidad. ||| Info: Télam | 20M.es