Estados Unidos anunció en el día de ayer, el envío de 3.000 soldados adicionales a Europa del Este para defender a los países de la OTAN «contra cualquier agresión», lo que fue calificado de «destructivo» por Rusia, en medio de tensiones entre las potencias occidentales y el Kremlin por la situación en Ucrania.
El Pentágono confirmó que trasladará 1.000 soldados desde Alemania a Rumania, mientras que otros 2.000 viajarán principalmente a Polonia.
Las tropas se suman a los 8.500 militares puestos en alerta desde finales de enero por Washington para ser desplegados como parte de la fuerza de la OTAN en caso de ser necesario.
«Estos movimientos son un mensaje inequívoco que enviamos al mundo de que estamos listos para tranquilizar a nuestros aliados de la OTAN y decididos a defenderlos contra cualquier agresión», dijo a la prensa el vocero del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, citado por la agencia de noticias AFP.
La Casa Blanca aseguró que otros cinco países (Reino Unido, Francia, España, Dinamarca y Países Bajos) también «tienen la intención de desplegar fuerzas adicionales para reforzar el flanco este», manifestó la portavoz Jen Psaki.
Desde Rusia
La reacción rusa no tardó en llegar: el refuerzo militar fue calificado como «destructivo» por el vicecanciller Alexander Grushko, quien afirmó que el anuncio corroe la búsqueda de soluciones diplomáticas para las tensiones.
«Es injustificado, incrementará la tensión y reducirá el espacio para las decisiones políticas», afirmó el funcionario citado por la agencia Interfax.
Rusia es acusada por las potencias occidentales de planear una invasión de su vecino prooccidental Ucrania, en cuyas fronteras desplegó unos 100.000 militares desde hace semanas.
El Kremlin niega cualquier intervención militar, pero condiciona la desescalada a una lista de exigencias, sobre todo el compromiso de que Ucrania nunca será miembro de la OTAN y que la Alianza Atlántica retirará sus tropas a sus posiciones de 1997.
Esto fue ratificado hoy por el presidente ruso Vladimir Putin en la conversación telefónica que mantuvo con el primer ministro británico Boris Johnson, uno de los tantos canales diplomáticos abiertos desde que estalló la crisis.
«Hemos observado la falta de voluntad de la OTAN para responder adecuadamente a las bien fundadas preocupaciones de Rusia», le dijo Putin a Johnson en el llamado, precisó el Kremlin en un comunicado.
En su versión de la comunicación, Londres dijo que ambos líderes acordaron tener un «espíritu de diálogo» frente a las tensiones actuales para «encontrar una solución pacífica».
El rol de los medios
Más allá de estos diálogos, la tensión continúa y se trasladó incluso a la televisión.
El regulador de medios de comunicación de Alemania (MABB) prohibió hoy la difusión de la cadena rusa Russia Today (RT) en alemán, pero su directora, Margarita Simonian, aseguró que «continuarán las transmisiones y el Kremlin indicó que tomarán ‘represalias’ por esta decisión».
El organismo prohibió las transmisiones del canal RT en alemán por Internet, aplicaciones móviles, Smart TV y satélite porque «no fue solicitada ni se le concedió la autorización necesaria, de acuerdo a la ley de medios», según un comunicado del MABB.
Por su parte, la cadena rusa contestó que no pueden vetar a un medio ruso dejar de emitir en su propia página web, informó la agencia de noticias Sputnik.
«Esto es una completa tontería. No dejaremos de transmitir», reaccionó en Twitter la directora Simonian.
«Es como si el regulador de medios ruso Roskomnadzor prohibiera al servicio de radiodifusión alemán Deutsche Welle emitir en su propio sitio web», graficó.
«Esta decisión no nos deja otra opción que tomar medidas de represalia contra medios de comunicación alemanes acreditados en Rusia», aseguró por su parte el Ministerio de Relaciones Exteriores.
RT DE es un canal de televisión con sede en Moscú y Berlín. Es parte de la red RT, una red de televisión internacional controlada por el estado ruso, financiada por el gobierno ruso. El sitio web se lanzó a finales de 2014.
Mientras los esfuerzos diplomáticos avanzan en paralelo para tratar de superar la crisis, el Kremlin reivindicó hoy el apoyo de China a sus exigencias en materia de seguridad frente a Occidente, antes de un encuentro de Putin y con su par Xi Jinping.
Ambos mandatarios se reunirán el viernes en el marco de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, en un encuentro que se centrará más en geopolítica que en deporte.
«Se ha preparado una declaración común sobre la entrada de las relaciones internacionales en una nueva era», dijo al respecto Yuri Ushakov, consejero diplomático del presidente ruso.
En Ucrania, los dirigentes europeos continúan desfilando para apoyar a su aliado: hoy fue el turno del jefe de gobierno neerlandés, Mark Rutte, que fue recibido por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, al día siguiente de la visita de los primeros ministros del Reino Unido y de Polonia.
Mañana se espera en Kiev al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyo país suministra drones de combate a Ucrania.
Mientras tanto, se aguarda que Moscú prepare un escrito sobre las respuestas enviadas por la Casa Blanca a las exigencias rusas.
Si bien los detalles sobre este cruce epistolar son confidenciales, el diario español El País publicó detalles de las respuestas estadounidenses a las demandas rusas, que no fueron desmentidas.
En ellas, Washington propone que los rivales prometan no desplegar medios militares ofensivos en Ucrania, que Moscú inspeccione ciertas infraestructuras militares que le preocupan en Europa y que ambos países acuerden medidas de control de armas.
Estados Unidos también dice que está dispuesto a discutir la «indivisibilidad de la seguridad».
El Kremlin se basa en este concepto para exigir la retirada de la OTAN de su país vecino, argumentando que la seguridad de unos no puede lograrse a expensas de la de otros, a pesar del derecho de cada Estado -y por tanto de Ucrania- a elegir sus alianzas.