La cifra de muertos por la explosión de un camión cisterna el martes pasado en Haití se elevó a 90, informó el vicealcalde de Cap-Haitien, donde ocurrió el accidente.
«Actualmente tenemos un saldo de 90 muertos», informó Patrick Almonor, vicealcalde de la segunda ciudad del país, y agregó que «lamentablemente todavía es una cifra parcial» dada la «condición aún crítica de algunas personas hospitalizadas», consignó la agencia de noticias AFP.
El informe anterior, difundido el miércoles último por las autoridades haitianas, reportó 75 muertos, 47 lesionados con quemaduras graves y 12 con quemaduras leves.
En la noche del 13 al 14 de diciembre, el conductor de un camión cisterna trató de evitar una colisión y perdió el control de su vehículo, que volcó, según Almonor.
Luego, residentes corrieron hacia el camión, a pesar de las advertencias del conductor, para hacerse con el combustible, un bien sumamente preciado en el país.
La hospitalización de las víctimas, gravemente afectadas, se hizo aún más compleja porque la única estructura médica para quemaduras graves en Haití, gestionada por Médicos sin Fronteras (MSF), se encuentra en la capital Puerto Príncipe, 200 km al sur.
La ONG envió un equipo de emergencia a Cap-Haitien para ayudar al personal del hospital local, pero «la atención de estos pacientes es larga, al menos será de tres a cuatro meses», explicó Jean Gilbert Ndong, coordinador del servicio médico de MSF.
Una semana después de la tragedia, el martes por la mañana, se celebrará un funeral de estado en la catedral de la ciudad, agregó AFP.
Solo se instalarán 25 ataúdes en la iglesia. La mayoría de las víctimas, muertas instantáneamente, fueron enterradas en una fosa común en Cap-Haitien, según Almonor.
La explosión es la tragedia más reciente que afecta a este país caribeño asolado por la pobreza, los desastres naturales, la violencia de las bandas criminales y la parálisis política.
Además, el país más pobre del continente americano enfrenta una fuerte escasez de combustibles, debido a que pandillas acaparan una parte de la red de suministro. El país nunca ha producido suficiente electricidad para satisfacer las necesidades de su población.
Este año, las bandas armadas han aumentado considerablemente su dominio sobre Puerto Príncipe, controlando las carreteras que conducen a las tres terminales petroleras del país.
En las últimas semanas más de una decena de vehículos de transporte de combustible fueron secuestrados por bandas que exigieron fuertes rescates para la liberación de los conductores, concluyó AFP.